La culpa fue del Porco Piccolo

Porco Picollo Bar-B-Cue FOTO: PORCO PICOLLO
- en Opinión

Salvador Muñoz / El lunes les iba a comentar de lo que me platicaban algunos empleados del Ayuntamiento de Xalapa y una supuesta venta de plazas, pero algo tenían unas costillas a la barbecue que comí, que me lo impidió… así que si hay que culpar a una persona que no haya escrito ayer por tan rica comilona, que sea a don Miguel Ángel Cabrera Gordillo.

Los amigos del Puerto quizás no identifiquen a don Miguel Ángel, pero es uno de los empresarios gastronómicos que ha dejado huella por la calidad del servicio y sabor en sus platillos en los lugares donde ha laborado como es La Casa de Mamá, Salto de Xala, o La Estancia de los Tecajetes, por citar sólo algunos. Yo creo que con este último restaurante, los amigos de la zona conurbada ya han de entender entonces de esa relación de Cabrera Gordillo con el buen comer, si es que han visitado La Estancia de Boca.

Si bien es cierto, La Estancia es como el ícono de la gastronomía que rodea a don Miguel Ángel junto con los Bouchez (hay dos en Xalapa y una en Boca), hay que destacar que no tiene mucho que en Puebla, el sazón y sabor de Veracruz sentó sus reales con otra Estancia y uno de los éxitos culinarios de este restaurante, aunque no lo crea, ¡es el mole xiqueño! ¡Hay clientes que de plano, tras probar las enmoladas, preguntan si les pueden vender un kilo del mole xiqueño… ¡claro! no sólo se pone en alto el nombre de la Estancia, sino también de otras empresas (como la del mole) y lugares (como La Joya, Naolinco y Misantla), de donde se provee de la materia básica del restaurante. ¡Ah! Sin contar que se mantiene esa bella tradición de comer acompañando los alimentos con unas deliciosas tortillas hechas a mano…

No, no se me pasaba… Del Tingo al Tango es otro restaurante que se caracterizaba por su venta de cortes… aunque la verdad, tanto la Mujer como yo íbamos por dos buenas razones: su vino (siempre con la buena recomendación de Víctor o Ricardo) y la frutilla, un postre que nos volvía loco…

El domingo, ya sabía de lo que iba a escribir, de eso que algunos empleados del Ayuntamiento de Xalapa me comentaban… que algunos directores tratan de “basificar” a su gente más cercana para que “amarren hueso”, aunque ya el alcalde Américo Zúñiga había advertido que en su caso, no era su estilo “inflarle” la nómina a su sucesor, e Hipólito Rodríguez Herrero ha comentado que va a revisar con lupa toda basificación seis meses antes de su arribo para echarla abajo… lo que no sabía era qué nos deparaba don Miguel Ángel Cabrera cuando nos citó a las 14 horas en el “Porco Piccolo”… la reacción inmediata era pensar en “carnitas”, pero conociendo a don Miguel Ángel… ¡no! tenía que ser otra cosa…

“Porco Piccolo” te hace sentir en casa, por la atención de sus meseros, pacientes y conocedores de lo que brindan al cliente… la presentación de los platillos rompe los esquemas tradicionales pues en una bandeja sirven a todos y cada quien en un plato, ¡se mata solo! y hablando de “matarse solo”, ¡el veneno! Unas salsas de los más variados “picores”… por supuesto, yo probé una de habanero titulada “Veneno”… ¡sólo imaginen las costillas, el pulled pork o el pechito de res con esa salsa! Sería un insensato si no menciono al “Burrito”…

Claro que para degustar toda esta barbaridad de platillos, no sólo basta el pan de papa o de maíz, sino una refrescante bebida que, en lo particular, fue de caipiriña y clericot con un ingrediente secreto (si lo cito, pierde su chiste, tienen que probarlo)…

Cuando llegamos al postre (aunque cuando es comida con la mujer, hay que citarlos en plural), ya platicaba cada quien del tema a escribir, aunque Brenda lo tenía en claro desde el pasado viernes o jueves… yo le dije que iba a hablar de esos canijos “colaburradores” de Américo Zúñiga, de quienes se dicen que están “trabajando” de cerca con el sindicato de la CROC, para tratar de darles “plaza” a sus allegados… por cierto, igual dicen que en el sindicato de la CROC hay un “vivales” que pretende chamaquear a la gente y les pretende “vender” las plazas ¡Ah! y para amarrar el negocio, les dice que entrarán “basificados” con fechas que no pueda echar abajo Hipólito…

Los postres, deliciosos, y más cuando la base es chocolate… ¡toda una experiencia en sabor y lo mejor, con precios accesibles, increíblemente accesibles! Pero algo tenía el “Porco Piccolo” que cuando llegamos a casa la Mujer y yo, ya no pudimos escribir… algo por lo que ya no pudo ella ni yo hacer la columna… y no, no es un secreto lo que tiene la gastronomía de “Porco Piccolo” y es una cosa muy simple: ¡es afrodisiaca! y ante eso, la columna puede esperar… y hasta las posibles transas de algunos “colaburradores” de Américo.

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