Pues esta novela sirve para ilustrar perfectamente a la agrupación Antorcha Campesina, una organización que durante décadas ha lucrado con la necesidad de los más pobres del país. El PRI la creó de la mano de Aquiles Córdova para controlar a los pobres de manera corporativa en 1970. Enrique Peña Nieto, durante su mandato como gobernador del Edomex, entregó 38 hectáreas —unas 40 canchas de futbol— de terreno a esa organización priista luego de adquirirlas en 165 millones de pesos, dinero en su mayor parte proveniente de recursos del Fondo Metropolitano del Valle de México.
Antorcha campesina es un monstruo que su creador ya no puede controlar. Ésta se vale del chantaje para coaccionar prebendas. En Veracruz, la antorchista y exdiputada Minerva Salcedo Baca, quien fue cómplice de las componendas de Javier Duarte en el Congreso, ahora amenaza con cerrar calles.
Según la exdiputada, «ya se acabaron las épocas de la monarquía, de los reyes, de los virreyes, el pueblo ya demostró que alzando la voz, su brazo y exigiendo ha llegado a quitar a esos prepotentes y a lo mejor le va a tocar a Veracruz». Vaya descaro de una líder que se regodeaba con Javier Duarte y ahora se baña con agua bendita. A ver si no le pasa como a la pseudolíder Topacio Citlalli, que está pasando unas largas vacaciones en el penal de Pacho por cerrar calles.