Pero claro que no, Fidel Herrera, el padre putativo de todos estos cínicos que ahora son diputados y algunos presos, salió a decir que es inaudito, atroz e inconcebible que alguien lo vincule con la delincuencia. «Es inconcebible —dice el Tío de la corrupción— que se quiera embarrar o manchar un nombre y una entrega al servicio de Veracruz y de combate de todas las delincuencias con derivaciones de interpretaciones infundadas, es falso totalmente, es un asunto aclarado».
Pobre diablo, todavía cree que su verbilocuencia gastada puede convencer a alguien; pobre diablo, si el mismo ha dejado de verse en el espejo porque no soporta lo que éste refleja.