En un apartado del artículo 243 se explica el delito que obligaron a Pitol a cometer: «El delito de falsificación de documentos se comete por alguno de los medios siguiente; alterando el contexto de un documento verdadero, después de concluido y firmado, si esto cambiare su sentido sobre alguna circunstancia o punto substancial, ya se haga añadiendo, enmendando o borrando, en todo o en parte, una o más palabras o cláusulas, o ya variando la puntuación».
Eso fue lo que ocurrió cuando agregaron «El paciente presenta Afasia motora, pero está consciente, y tiene buen juicio, por lo que sabe decidir sobre él, y sobre asuntos legales que se le involucren» al documento del doctor José Luis Martínez Cabañas.
¿Quién de ese grupo que gozó de “toda la confianza del maestro” se echará la culpa por él, ¿Rodolfo Mendoza? No, ese es un cobarde manipulador que los hizo firmar junto con Mario Muñoz que dejó embarcados a muchos antes de irse a Polonia.