Aunque a algunos les cueste reconocer, los ladrones de cuello blanco siguen disfrutando de ciertas concesiones en nuestro país. Algunos abogados leguleyos argumentan que con la actualización del nuevo sistema legal acusatorio, se tiene que agotar un tedioso proceso legal riguroso. Como ejemplo concreto, tenemos el caso del exgobernador Javier Duarte.
A pesar de que la Auditoria Superior de la Federación le comprobó un daño al patrimonio de los veracruzanos por la vergonzosa cantidad de 35 mil millones, tal pareciera que la Procuraduría General de la Republica (PGR) lo estuviera protegiendo, lo sigue manteniendo en prisión preventiva cuando ya es para que estuviera sentenciado y estar pagando todas sus fechorías.
Los mexicanos no ven claro. Tal pareciera que no hay prisa para que se castigue con todo el peso de la ley a Javier Duarte y a toda la recua de cómplices, sin añadir que su esposa anda como si nada paseándose por la bella ciudad de Londres. Da la impresión de que la PGR está administrando el caso de acuerdo al calendario electoral.
Lo cierto es que el tortuguismo burocrático y los tiempos de ley del nuevo sistema acusatorio despiertan mucho sospechosismo. Ya veremos si la PGR recibe línea para apurar la aplicación de justicia o los veracruzanos tendremos que esperar, hasta que les de su regalada gana.
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