La exprimera dama en el sexenio más corrupto que hayamos tenido en la historia de Veracruz, siempre se presentaba muy “mona” con sus trajes hechos a su medida por modistas europeos y sus zapatos hechos con la mano del diseñador de moda malayo Jimmy Choo. Tenga la seguridad que en cada outfit, la señora llevaba encima casi 300 mil pesos, desde luego sin incluir joyas, ya que la señora que se merecía abundancia, en ese rubro era muy reservada.
Hoy, a pesar de haber disfrutado por seis años de la abundancia mal habida, la niña bien anda de pelada, casi a salto de mata. Se le ha visto en varios lugares del viejo continente con su mochilita en la espalda, casi preparada para lo que se pudiera ofrecer. Los actores políticos o los que se han valido de ella para enriquecerse ilícitamente, saben que su sobrevivencia depende mucho del tiempo y la circunstancia, y Karime Macías, la niña bien, sabe que, si al partido en el poder le favorece meterla en la cárcel, lo hará sin titubear.
Aunque también depende si el gordo de sus sueños tiene información contundente en contra de AMLO, que a estas alturas lo dudamos, ya que el maquiavélico exgobernador ya la hubiera usado para favorecer su causa. Por lo pronto, Karime Macías, la niña bien, comienza a ver cómo su abundancia no era tan abundante como ella pensaba.
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