Virginia Durán Campollo / La ética es un valor perdido. Como se han extraviado algunos más. Las frías necesidades del hoy, terminan con lo cálidos anhelos del ayer. Sin embargo la norma debe establecerse tanto en la función pública como privada, para poder dar un respiro verdadero a las instituciones. Insistimos en la necesidad de un perfil adecuado, para las labores constructoras de la nación. Firmes en lo político, económico y social. No es utópico porque lo verdadero es que son limitantes de crecimiento. Los ciudadanos deben exigir, en la participación, depuración en todos los aspectos de la vida pública. Hay que limpiar el cochinero que tienen y que no vemos tengan intención de resolver. La estafeta está en nuestras manos y podemos seguir sin ellos, está más que comprobado sobre todo después del pasado terremoto. Nuevamente fueron rebasados y van en caída libre junto con los partidos políticos y lo que de ellos emana. Mientras se desgarran en sus afanes, acuerdos y desacuerdos, la población les da la espalda.
*** Se tenía que actuar drásticamente, en lo que a Comunicación Social del Gobierno Estatal se refiere. Importante botín en dónde se fraguó parte de la gran estafa. Verdaderos bandoleros estuvieron al frente en el duartismo. Pillos que en contubernio con empresas de comunicación corruptas, se llevaron miles de millones de pesos. Que se prestaron al fraude, recibiendo igual cantidad de “moches”. Unos crecieron exponencialmente, desde el fidelato, cuando no respondían a lo que el periodismo obedece. Negocios redondos, en contubernio con funcionarios públicos. Cerrarles la llave, era lo conducente. Lo negativo e injusto es que la administración actual, lo hizo parejo. Deja en inanición a empresas periodísticas serías, que tienen liderazgo, penetración, circulación, prestigio. Hay un presupuesto, para la difusión de gobierno y al no utilizarla salta la duda. Que apliquen la justicia ordenadamente. Lo otro es lamentable.
***Esa fobia contra periodistas, al parecer, es de todos los gobernantes. No “entienden que no entienden”, que no puede ser así y menos en estos tiempos de absoluta penetración de las redes sociales. Quieren tapar el sol con un dedo y es imposible. Ponen en duda su equilibrio emocional, al dictar ordenes que van en contra de la libertad de expresión. Ya no es raro en estos gobiernos de sátrapas, al estilo más bananero. Un retroceso lamentable. ¿Hasta cuándo lo entenderán?
*** No es asesinar al mensajero sino establecer las reglas, como debiera ser la función periodística con el gobierno. Los políticos tienen la obligación de informar sobre sus mandatos y los periodistas transmitirlo a la opinión pública. ¿No es simple? La crítica se absorbe. No se niegan los señalamientos fundados, sino que se repara el error.
*** De todos los errores de Miguel Ángel Yunes Linares, el que más lamentará es el no haber entendido la función de la prensa libre. Esa que mucho apoyo al combate- a riesgo de su propia vida- de Javier Duarte y su partido. Quienes lucharon día a día, señalando la corrupción, ineptitud y omisión del déspota. Que hicieron conciencia en la población. El desprecio tiene un costo
*** Más de dos mil millones de pesos, señalamiento de daño al patrimonio, se llevó Alberto Silva Ramos flamante diputado en el Congreso federal. ¿Cuántos Madame Gina?
*** Y para las agruras del mole…usted sabrá qué tomar. Hasta la próxima.
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