Édgar Hernández* /
¡Inminente riesgo de explosión en la Nestlé asentada en la Orduña, en Coatepec!
Repetidas transas, cochupos y dádivas de las trasnacionales Nestle y Coca Cola a quienes de siempre lo que menos les ha importado es el beneficio social, tienen hoy en serio riesgo a más de 1.5 millones de veracruzanos.
No es exagerado decir que una vez que se conecten las endebles tuberías al gas natural, quesque para servicio doméstico, los municipios de Xalapa, Emiliano Zapata y Coatepec estarían en inminente riesgo de explosiones con incalculables consecuencias.
Ya mismo en Coatepec, en específico en La Orduña, tras los sismos, estaría a punto de colapsar la enorme “salchicha” de 150 mil litros de gas que utiliza la Nestlé en su planta asentada justo en el ojo donde vive la tercera parte de los coatepecanos.
Esta trasnacional llegó hace muchos años con un cuantioso capital prometiendo contribuir al desarrollo de la región amén de la generación de empleos. Gracias a ese cuento, en 1953, el gobierno del estado les entregó a precio de ejido enormes propiedades al pie de una hermosa laguna y ríos subterráneos.
A la vuelta del tiempo Nestlé no cumpliría lo prometido al comprobarse que todas las ganancias salían directo a bancos del extranjero gracias a la obra barata, a la cero aportación al desarrollo de la región y, lo más importante, a que su principal producción no serían los lácteos, sino el agua envasada que abastecen los ríos y lagunas confluentes al pie de su planta.
Negocio redondo si a ello se suma que a los ganaderos de las cuencas lecheras se les paga un irrisorio precio de dos pesos por litro, cuando el mercado ordena un pago mínimo de seis pesos.
Coca Cola está en las mismas.
Ambas buscan su provecho trasnacional sin importar los daños patrimoniales o riesgos de vida así que tengan que corromper a quienes se dejen con tal de cumplir con sus planes de desarrollo.
Y el gasoducto es justamente uno de ellos.
Nestlé y Coca Cola necesitan al pie de sus negocios gas natural y si para ello tienen que inventar la construcción de un gasoducto para el servicio casero de tres municipios, pues lo inventan.
Nestlé en complicidad con “Gas del Noreste” tienen en marcha un proyecto chafa de costo mínimo y alto riesgo, con ductos que entierran a 50 centímetros del piso en zonas fangosas, sin respetar el derecho de vía y expuestos a que con cualquier encarpetamiento, instalación de drenaje o luz u obra pública o privada ¡Pum!
Ello ha despertado la alerta ciudadana en Xalapa, Emiliano Zapata y Coatepec donde se han organizado a través de un Frente Veracruzano Social interponiendo un amparo –expediente 696/2017- denunciando a la empresa “Gas del Noreste” por no cumplir especificaciones técnicas que den seguridad a la ciudadanía, amén de “corrupta”.
“Ha pagado sumas millonarias para que a nivel municipal el cabildo –el de Xalapa- les haya entregado permisos para la introducción de una red de tubería de 6 pulgadas hecho que el propio alcalde Américo Zúñiga desmintió, creando extrañeza y sospechas”, sostiene a nombre de los afectados Carlos Hernández.
“Debió clausurar”, aduce.
Este lunes inician una serie de protestas y campañas en colonias para advertir del riesgo que trae la colocación de tuberías de gas bajo las viviendas y escuelas.
La introducción de gas, también autorizada en Emiliano Zapata por el cabildo y alcalde corrupto, pero reprobada por la ciudadanía, es violatoria a la ley 241 de Desarrollo Urbano, Ordenamiento Territorial y Vivienda para Veracruz.
Y es que el trazo del gasoducto que viene de Emiliano Zapata, pasaría por las calles de mayor tránsito vehicular de Xalapa – Lázaro Cárdenas y 20 de Noviembre, las más importantes vías comerciales, de restaurantes y negocios de la ciudad capital- para continuar por “Circuito Presidentes” y de ahí a Coatepec, donde el suelo es arenoso.
Cualquier fuga por una obra incluso menor generaría una explosión en cadena en los tres municipios.
Habrá que recordar explosiones históricas de gas como la sucedida en San Juanico, en Tlalnepantla el 19 de noviembre de 1984, el día que el cielo se incendió, dejando cientos de muertos y miles de heridos.
Difícil dejar de recordar como un mal manejo en la conducción de gas o líquidos explosivos produce tragedias como la del 22 de abril de 1992 en Guadalajara donde por arrojar irresponsablemente gasolina a las alcantarillas en cinco minutos volaron 800 metros de viviendas y edificios. El saldo 210 muertos y más de mil 500 heridos.
Y cómo olvidar mayo del 2013 cuando estalló una pipa de gas natural en la México Pachuca dejando 27 muertos o la de Cuajimalpa en octubre del 2015 al estallar el tanque de gas del hospital materno infantil dejando tres muertos y decenas de muertes.
Mario Rivera Texon, representante de cinco mil vecinos de la Orduña en Coatepec, lanzó una voz de alerta. “Llevamos tres años de lucha a pesar de los intereses políticos y de corrupción, pero lo que es un hecho es el riesgo para la población”.
“No queremos gas natural al pie de nuestras casas. Es riesgoso y muy explosivo”.
Lamenta que el cabildo de Coatepec no se haya pronunciado a pesar de tener pruebas desde hace tres años “y para el caso de Xalapa hay sospechas de corrupción”.
Acaso por ello el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares ordenó el pasado lunes cancelar de facto la obra que la empresa Gas Natural del Noreste en su pretensión de construir un gasoducto de 12 kilómetros para los municipios citados.
El secretario de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP), Julen Rementería del Puerto, informó que “clausuraron de facto” los más de 200 metros de tubos que la empresa había instalado de forma arbitraria, aprovechando la reconstrucción con pavimento hidráulico de la carretera Xalapa-Coatepec.
Las autoridades constataron asimismo que no hay una norma mínima de seguridad en la colocación del gasoducto, a 50 centímetros del piso, con tubos que no reúnen el control del calidad y con soldaduras remachadas con cinta de aislar.
La gasera por su parte está por lograr un amparo para reanudar la obra a la cual ya le invirtieron muchos millones de pesos en la compra políticos y funcionarios que deciden… y su lana no la van a perder así como así.
De ese tamaño es la tragedia por vivir resultante de las raterías de unos cuantos vivales.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
Comentarios