«¿Qué demonios está pasando con la gente?», se preguntó el jugador de basquetbol LeBron James al enterarse que más de 50 personas fueron asesinadas y más de 400 quedaron heridas por un francotirador en Las Vegas. Hasta el momento se sabe que el francotirador se llamaba Stephen Paddock de 64 años, se hospedó en el hotel casino Mandalay Bay y que después del tiroteo se suicidó.
También se sabe que el Estado Islámico se adjudica la masacre, sin embargo, hasta el momento no hay indicios de certeza en esa vindicación. Según los especialistas es la masacre más grave que ha vivido la Unión Americana, una masacre sin sentido que ha cimbrado los cimientos morales de una nación con un presidente propenso a la violencia.
Donald Trump ya mandó sus condolencias por Twitter a las víctimas de esta masacre. Aunque a los americanos no les hubiera extrañado que el mandatario estadounidense mandara sus condolencias a la familia del perpetrador. Así de incongruente y paradójico es Donald Trump.
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