El gobierno español de Mariano Rajoy prohibió el referéndum por la independencia de Cataluña, pero miles de catalanes poco caso le hicieron, de modo que salieron a votar a las urnas, urnas que no están autorizadas porque no hay un censo de votantes, ni siquiera un padrón electoral, de modo que la votación sólo tiene sentido para los que convocan y para los que salen a votar.
De acuerdo con las imágenes que ya circulan por todo el mundo, la orden “desde arriba” fue desalojar los centros de votación y golpear a mansalva a todo aquel que acudiera votar, sin pararse a mirar si eran adultos mayores, mujeres o niños. Para el gobierno de Rajoy ese referéndum es ilegal y por lo tanto debe quedarle claro a punta de madrazos a los que se hayan atrevido a salir a votar.
Son muchas las voces a favor de la independencia de Cataluña y muchas las voces en contra, pero seguro nadie puede estar de acuerdo en que la solución a este dilema sea la violencia. ¿Quién gana? ¿Quién pierde? Todos, tanto los que impulsaron el referéndum por intransigentes, como los que reprimieron a aquellos que quieren que sigan siendo sus ciudadanos.
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