Según relata Homero en La Ilíada, para introducirse a la ciudad de Troya, sin que sus adversarios se dieran cuenta, regalaron a sus enemigos un caballo de madera en señal de paz y armonía. Sin que los troyanos sospecharan, dentro de la barriga del supuesto regalo, iba un buen número de los mejores guerreros. De manera que los griegos astutamente usaron el artefacto de madera como artimaña para introducirse en la ciudad fortificada de Troya.
En consideración a lo anterior, la expresión caballo de Troya se ha vuelto popular, vista como un aforismo que identifica la utilización de estratagema o engaño en contra de su adversario, a través de la entrada disimulada en un medio para obtener un beneficio o cumplir un objetivo.
Eso es precisamente lo que está intentando el presidente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza; resulta que el mandamás tricolor aseguró que, para reconstruir los estados afectados por los más recientes sismos y para ayudar a los damnificados, su instituto rechazará hoy su financiamiento para 2017 y presentará una propuesta de reforma constitucional para eliminar a los diputados, senadores y legisladores locales plurinominales, así como los recursos públicos a partidos.
Hasta ahí todo parece altruismo puro y verdadera preocupación por los damnificados. Sin embargo, el artilugio oculto es el ahorcamiento del financiamiento para Morena, donde su presidente Andrés Manuel López Obrador lleva hasta el momento las preferencias electorales en todas las encuestas.
Por cierto, el financiamiento del PRI para el 2018 será de mil 689 millones de pesos, dinero que por supuesto el tricolor no pretende donar. Además, no olvidemos que el PRI cuenta con la suficiente experiencia en el famoso “pase de charola” a sus miembros más billetudos.
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