Cecilia Muñoz / Tras el sismo del pasado 19 de septiembre, México y su pueblo han relucido por sus maravillosas muestras de solidaridad y amor. Redes de WiFi abiertas para quienes necesitaran comunicar su estado, grupos haciendo sándwiches en restaurantes abiertos exprofeso para alimentar a los rescatistas, gente que no se dejó dominar por el miedo y acudió a las zonas afectadas como voluntario, farmacias atiborradas que quedaron vacías y en el resto del país, grupos movilizándose para llevar víveres y otros recursos para los damnificados…
En este escenario, algunos nos preguntamos: ¿cuál es el papel de las mujeres? ¿Hay uno específico para nosotras en tragedias naturales como un sismo? Por supuesto que no. Como personas, somos capaces de poner nuestro granito de arena de diversas maneras: desde retirando escombros hasta mejorando las condiciones de búsqueda los Topos. He aquí un breve resumen de cómo las mujeres en Ciudad de México se han organizado en medio del caos.
Voluntarias
Lamentablemente, fueron varias las compañeras que señalaron que no les dejaban participar en las labores de retirar escombros, so pretexto de que se iban a lastimar. Incluso se les llegó a sugerir que mejor colaboraran barriendo o llevando comida… ¿Se imagina? En medio de toda esa adrenalina, quizás con algún amigo o familiar entre los escombros… ¡barrer! No, el cuerpo pedía movimiento y la feminidad, aunque así algunos aún lo crean, no es sinónimo de debilidad.
Sin embargo, las reticencias ajenas no importaron y las evidencias gráficas están ahí: las mujeres en las zonas afectadas actuaron a la par de sus compañeros hombres con una única convicción más allá del género: rescatar esperanzas.
Brigada feminista
Tras el susto inicial y las primeras labores de rescate en la CDMX, nos enteramos del caso de las costureras de Chimalpopoca, muchas extranjeras sin papeles, trabajando en una empresa de la que se sabe poco: carece de registro, su dueño ha desaparecido…
La maquinaria ya iba a entrar al inmueble siniestrado, sin importar que aún pudiera haber mujeres vivas dentro. Ante esta situación llegó la Brigada Feminista, dispuesta a proteger a las costureras que aún estuvieran atrapadas… ¡Pero qué revuelo causó el adjetivo “feminista”! No faltaron los ofendidos que aseguraron que al llamarse “feministas” ¡dividían! ¡Que querían sacar provecho para su “ideología” a través de la desgracia!
Dicen que a palabras necias, oídos sordos. Y así lo aplicó la Brigada Feminista, no dejando de actuar nunca, denunciando las deplorables irregularidades en que incurrían las autoridades. ¿Dividir? No, la Brigada Feminista simplemente se movilizó para proteger a un grupo de mujeres vulnerables: extranjeras, pobres, obreras; mujeres cuyas familias serán fáciles de intimidar, por las cuales pocos hablarán.
Brigada Booktube
Pero, ¿alguien quiere pensar en los niños? ¡Claro que sí! Ciudadanos ya se han organizado para llevar jornadas de música, teatro, talleres y cuentos a albergues donde hay pequeños.
Un grupo que ha resaltado mucho en este rubro ha sido el colectivo LibrosB4Tipos, constituido por un grupo de booktubers y una blogger, todas mujeres, feministas y jóvenes que han propuesto la iniciativa #BrigadaBooktube: “Los dispuestos a ayudar pueden registrarse en su Centro de Acopio más cercano y esperar el llamado de la brigada en redes sociales”, explican.
El objetivo es llevar un poquito de esperanza y alegría a niños y niñas, ayudándolos a distraerse para superar los últimos eventos. ¡Para que luego digan que la literatura no sirve para nada!
Alexia, la diseñadora de los Topos
“Nos comentaron que los topos necesitan tener manos libres para rescatar gente y en general se necesita luz”, explica en su cuenta de Instagram la diseñadora Alexia Ulibarri, quien ideó un chaleco con luces LED que permite que los topos pueden moverse en zonas oscuras con las manos libres para protegerse, retirar escombros y ayudar gente atrapada, sin nunca sufrir por la falta de luz.
Los chalecos tienen una vida útil de entre seis y ocho horas y alumbran más que una lámpara de mano. Voluntarios para confeccionarlos no faltan en el bulevar Miguel de Cervantes Saavedra número 157, donde la gente se distribuyó por grupos para acelerar el proceso. Tan solo el miércoles 20 lograron hacer 80 y esperaban aumentar la producción.
No se trata de “dividir la lucha”, sino de reconocer los esfuerzos específicos de cada quien. Y en este caso, las mujeres se merecen todo el reconocimiento por ponerse a sí mismas y a sus talentos a disposición de los más necesitados. ¡Que quede constancia!
PD: ¡Y que no decaída el acopio de víveres y otros materiales para los damnificados! A partir de la segunda semana tras un desastre, éste se empieza a olvidar en el ámbito general, pero para los sobrevivientes apenas inicia lo más fuerte: la reconstrucción. Tengámoslo en cuenta.
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