Fue así que el joven michoacano se dio a la tarea de apoyar en los trabajos de remoción de escombros. Eduardo trabajo incansablemente por varias horas, incluso debido a su labor se lastimó una mano. Afortunadamente su amigo fue rescatado con vida apenas con unos raspones. Cuando los amigos se vieron se llenaron de júbilo. El amigo no podía creer que Eduardo hubiera ido desde Michoacán para apoyar en las labores de su rescate.
Cuando le preguntan a Eduardo qué lo motivó para ir a apoyar como voluntario dijo: «Simplemente que somos mexicanos y el país requería de todos en ese momento y pues bueno para ir a cerciorarnos que este buen amigo estuviera con vida». Un gran gesto de solidaridad y de amistad.