Decenas de niños bajo los escombros, algunos maestros con ellos. Carlos Loret de Mola llamó al sitió el «centro emblemático del sismo» y tuvo a buena parte de la teleaudiencia pegados al televisor pendientes de lo que ahí ocurría. Y luego, ¡oh suerte! Se reportaba que se había tenido contacto con una niña, 12 años dijeron tenía, su nombre Frida Sofía. Le vieron mover la manita, le pasaron agua, la escucharon decir que con ella estaban otros niños, tres, cinco. Televisa explotó esa situación, lo sabe hacer muy bien.
Acaso no explota a los pequeños discapacitados en el Teletón; en esos promocionales que buscan escarbar en nuestra lástima para que salgamos corriendo a donar a la cuenta 9999 de Banamex. Pero se les revirtió al descubrirse que no había ninguna Frida Sofía, que todo fue un invento, una confusión, una alucinación. Televisa ya tenía poca credibilidad, con esto menos.