No hubo barreras, políticas ni sociales, el único objetivo ha sido rescatar a las víctimas atrapadas por pesadas lozas de concreto. Las propias autoridades han tenido sólo que coadyuvar la fuerza y las ganas de ayudar de los ciudadanos; la ayuda con comida y agua no se ha hecho esperar. El liderazgo lo lleva la sociedad civil, sin un plan fino, sólo a valor mexicano se ha logrado rescatar a muchas personas.
Ese es el valor de los mexicanos, no el valor cursi y simplón que anuncian las televisoras. Se puede ver a decenas de amas de casa sacando comida de sus propios hogares para darle a los rescatistas, se respira un aire de solidaridad con los familiares de las víctimas atrapadas. Hoy, al igual que hace 32 años, la sociedad civil es la que manda. México se levantará gracias a sus propios ciudadanos.