En la ciudad de Xalapa hace algunas semanas se empezó a regularizar el servicio de transporte en su modalidad de taxi. ¿Pero qué les revisaron? Sobre todo, que los documentos de su concesión estuvieran en orden, que no fueran de esas concesiones que se dieron a diestra y siniestra en todo el estado, lo que representó una ganancia enorme para líderes y autoridades de la época duartista. Sin embargo, se les está pasando un detalle importante que, a la luz del caso de Mara Fernanda, hoy cobre relevancia.
Sabemos que la gran mayoría de taxistas son personas trabajadoras y honestas, pero ¿hay algún padrón de taxistas que sea confiable? ¿Se verifica de alguna manera la confiabilidad de los conductores de esas unidades? Se sabe que los dueños de la concesión no siempre son los choferes, y éstos le dan la unidad a cualquier persona que les presente una licencia de manejo.
¿Pero se aseguran de que esa persona no sea un delincuente? Ya se han dado casos de asaltos a pasajeros, y se han dado casos de taxistas que no sale a dar un servicio de transporte, sino de distribución de drogas. A las autoridades les hace falta verificar esos detalles, no vaya a ser que después tengamos que lamentar otra tragedia.
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