Ya otros “revoltosos” le habían arrebatado a sus corifeos las instalaciones de la Sección 32. Era hora de la venganza. Había que cobrar esa afrenta, por eso no hubo ninguna declaración, condenado la violencia contra maestros y maestras. Al contrario, al otro día con ropa perfumada y toda su prole comía chiles en nogada y celebraba en Palacio de Gobierno con el peor gobernante que ha tenido Veracruz.
La madrugada de ese sábado de septiembre del años 2013, el magisterio veracruzano no la olvida. Los policías de la SSP establecieron un cerco de seguridad en las primeras tres manzanas del centro histórico para proceder a disolver la protesta magisterial y dejar “limpia” la Plaza Lerdo para que el peor gobernador de Veracruz pudiera dar el Grito de Independencia el domingo. Todo con la complacencia de los líderes magisteriales. Esa fue la celebración de los corruptos.