Y es que ese es el cuestionamiento que se está haciendo a muchos funcionarios públicos a nivel federal, los cuales acuden a los lugares afectados por el sismo de 8.2 grados en Chiapas y Oaxaca, se toman la foto, ponen cara de tristes, abrazan a la gente y se van a sus oficinas muy quitados de la pena.
En todo caso mejor que ni vayan, mejor que manden a alguno de sus subalternos a que le pase los pormenores de la tragedia, pero que no vayan a poner su cara de tristeza sin manifestar empatía con la gente que está padeciendo su tragedia.
De lo que se trata es de tomar acción y aliviar en algo el sufrimiento de las personas. A ellos les dieron una responsabilidad, los dotaron recursos para que trabajaran por la gente, están obligados a optimizar esos recursos. Pero si sólo van a ir a tomarse la foto, pues mejor que no vayan.