Cordero y su jefe, el repudiado Calderón, está dispuesto a hacer perder a López Obrador al «haiga sido como haiga sido». Ernesto Cordero también quiere que Margarita Zavala sea la candidata presidencial del PAN; es más que obvio que la jugada en el Senado, dejarse nombrar por el grupo parlamentario del PRI como presidente, no sólo fue para que se nombre en automático a Raúl Cervantes, Fiscal General de la Nación, también fue para debilitar a Anaya, quien se perfilaba para ser el candidato no sólo de su partido, el PAN, sino de ese engendro que se maquina llamado Frente Democrático, donde los perredistas, acostumbrados al contubernio político, también lo apoyarían.
Por su parte, Anaya ya se dio cuenta que él no va a ser, o más bien que a él no lo van a dejar ser el candidato a la presidencia por el PAN. Moreno Valle tampoco no lo va a ser, pues el tema de los huachicoleros, el espionaje desde su oficina de gobierno en Puebla, y hasta la represión al inicio de su gobierno lo descalifican.
La crisis del PAN crece. Las peleas internas lo debilitan. Poco a poco se van quedando sin candidatos reales. Sólo les queda ceder la candidatura a un candidato de unidad, a menos que por ahí surja una voz, una figura que los rescate de su naufragio político. ¿Pero quién?
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