Arturo Reyes Isidoro / En “Prosa aprisa” he venido hablando de una “cubanización” en Xalapa, de un fenómeno que va en aumento, el del crecimiento de la pobreza reflejado en la venta de artículos usados a las puertas de muchos hogares, de pertenencias personales de las que se están deshaciendo muchas familias porque es el último recurso que les queda para poder obtener un ingreso que les permita sobrevivir. Lógicamente, he dicho, pobres como ellos las compran porque es la única forma que tienen de hacerse de alguna prenda que necesitan y que no puedan adquirir nueva.
Pienso que eso que he venido registrando, que veo y vivo a diario a mi paso por las calles de la capital de uno de los estados más ricos del país en recursos naturales, se confirma con las cifras que dio a conocer el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) el miércoles pasado.
El organismo presentó la evolución de la pobreza 2010-2016 con base en información proporcionada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y ubicó a Veracruz entre los cinco estados con más población en situación de pobreza, en el cuarto lugar sólo por debajo de Chiapas, Oaxaca y Guerrero.
En 2010, el porcentaje de veracruzanos en la pobreza era de 57.6 por ciento, cifra que disminuyó en 2012 cuando bajó a 52.6 por ciento, pero que repuntó en 2014 hasta llegar a 58.0 por ciento, y que se disparó a 62.2 por ciento en 2016, el año pasado.
¿Cómo explicar este crecimiento cuando tanto los gobiernos federal como estatal destinan millones de pesos al año supuestamente para combatir la pobreza y cuando Veracruz tiene tierras propicias para la agricultura, para la ganadería, un largo litoral para la pesca, recursos como petróleo, caolín y otros minerales, sitios de atractivo turístico, una planta industrial significativa, etcétera?
Una explicación a botepronto es que si bien son millones de pesos los que se destinan a combatir la pobreza, estos recursos los usan los gobiernos, los han usado, lo mismo los del PRI que los del PAN, para fines electorales. Ahí están las consecuencias de desviar esos recursos en despensas para tratar de ganar votos. Eso cuando no se los han robado o disfrazado como ayuda social repartiendo también colchonetas, en realidad un miserable pedazo de hule espuma forrado de la tela más corriente. Lo mismo el gobierno federal (PRI) que el estatal (PAN) siguen con esa práctica, ahora más cuando estamos en vísperas de elecciones el próximo año.
De 2010 a 2016 los presidentes fueron Felipe Calderón Hinojosa, del PAN, y Enrique Peña Nieto, del PRI, y gobernadores de Veracruz los priistas Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte de Ochoa. Forzosa y necesariamente son corresponsables de que haya aumentado la pobreza en Veracruz, la que sigue en aumento en 2017 agravada con el despido masivo de trabajadores que hace el actual gobierno que encabeza Miguel Ángel Yunes Linares, que además no ha creado fuentes de empleo. La “cubanización” de la que vengo hablando, se ha dado en este año, esto es, a partir de la actual administración.
No les gusta a los gobernantes, les molesta leer o escuchar que sus políticas sociales, de combate a la pobreza, han sido y son un fracaso. Lo son total y rotundamente. Lo demuestran los hechos. Pero se empeñan en seguir repartiendo despensas en lugar de ir al fondo del problema.
Pero no se puede dejar de vincular el problema con el tema político electoral. Ahora mismo hay un hartazgo ciudadano, antes con el PRI ahora también con el PAN porque las cosas siguen igual o tal vez hasta peor, y cuando los gobiernos deciden seguir combatiendo la pobreza, es un decir, con el reparto de despensas y dejando crecer en forma real el número de familias veracruzanas en precariedad o en extrema pobreza, lo único que están haciendo es crear el caldo de cultivo para que en las próximas elecciones los derrote y los eche el populismo, que tendrán bien merecido, aunque nos pongan en riesgo de que el remedio que supuestamente nos va a salvar resulte a la mera hora peor que la enfermedad.
Pero habrá más despidos
No desmintió, al contrario, confirmó ayer el gobernador Yunes que en este mes habrá más despido de burócratas de las distintas dependencias del Gobierno.
No dijo qué cuota imponen ahora a los titulares de la Secretarías, esto es, a cuántos les van a dar socavón. En el ajuste de principios de año fue de 30 por ciento, que abarcó a miles de trabajadores. En este espacio comenté que aparte del despido sufrieron maltrato y hasta humillaciones, además de que no se les indemnizó conforme a la ley.
Aunque el gobernador trató de atenuar el impacto mediático y directo en los potenciales afectados diciendo que “quienes trabajen no tienen por qué preocuparse” puesto que en anterior “ajuste” se despidió a quienes cobraban sin trabajar o que ya no eran indispensables, se supone entonces que ahora se irán quienes han venido cobrando porque sí trabajan, porque tenían algo que hacer. Pudiera ser que se vayan hasta muchos de base previa liquidación.
Por como se estilan las cosas en el gobierno o en el estilo de los gobernantes, cuando dijo que el recorte será a partir del mes que hoy inicia sin dar fecha precisa, habría que interpretarse que tal vez el próximo lunes cuando se presenten a laborar se enteren que están cesantes. Administrativamente es en los primeros siete u ochos días de cada mes cuando se hacen los movimientos que tienen que ver con las altas o las bajas en las nóminas. Ante la experiencia anterior, más vale que los que crean que pueden ser ellos se lleven este fin de semana todas sus cosas no sea que cuando regresen ya no los dejen entrar ni para recoger sus pertenencias.
Cuando el gobernador toma estas medidas, seguramente piensa que es lo mejor o que está haciendo bien, tanto así que declaró que el ajuste en la plantilla laboral será constante y permanente durante su administración. Y él se aplica.
Grave problema social
Pero es imposible desentenderse de las graves consecuencias que trae una medida así.
Cómo no va aumentar la delincuencia si los jefes de familia tienen que ver cómo llevan el pan a su casa para que sobrevivan sus hijos o para que no pierdan la escuela. Nada me extrañaría que aumentaran los robos a comercios donde venden alimentos.
Si paralelo al despido anunciaran la llegada de inversiones que implicaran la creación de empleos, entonces la cosa cambiaría. Pero no.
Y todo se vuelve un círculo vicioso. En lugar de reactivarse la economía, en especial en Xalapa donde más burocracia hay, se deprimirá más, lo que traerá cierre de negocios y más despido de trabajadores.
Seguramente la “cubanización” se va a acentuar, al menos en la capital del Estado. De algo tiene que sobrevivir la gente.
Más que preocupante es la situación que vive Veracruz. El gobernador Yunes utilizó ayer el califícativo de “gravísimo” al referirse al problema de las finanzas y anunció la contratación de más créditos, como para saldar los compromisos de fin de año que incluyen el pago de aguinaldos.
Dio una amplia explicación de las medidas tomadas por su gobierno, en un lenguaje especializado ajeno al de los trabajadores y sus familias. Éstos lo único que entienden es que tienen necesidades, hijos, compromisos a meses sin intereses, urgencia de un trabajo, de un sueldo, de un ingreso, y que en los próximos días quedarán en el total desamparo laboral.
Y mientras Javier Duarte, causante en mucho de la desgracia, dándose el lujo de estar en huelga de hambre a propósito, cuando miles, millones de veracruzanos lo están o lo estarán obligados por el desastre económico y financiero que dejó su gobierno, mientras que su mujer Karime, su cómplice, viviendo a todo lujo en Europa.
¿¡Viva México!?
Conferencia magistral en el Senado
Entre personalidades del Estado circula una invitación del senador José Francisco Yunes Zorrilla a una conferencia magistral, “Veracruz: ampliando el horizonte hacia la colaboración ciudadana”, que impartirá el próximo lunes el Doctor Pascual Montañés Duato, del Instituto Empresa de Madrid, toda una eminencia en su campo. La cita es en el Senado de la República a las once de la mañana.
Sustenta su invitación el senador con las siguientes palabras: “Veracruz nos convoca, motiva y alienta. Es el origen y fin del trabajo parlamentario, de representación e interés público que, como sostengo ante cualquier auditorio, merecerá sin ambages cualquier iniciativa por parte de tu servidor.
Creo firmemente que podemos encontrar coincidencias producto del acuerdo y trabajo mutuo en aras de reconquistar el espacio que debe tener la entidad en el escenario nacional. En ese sentido la iniciativa privada, dentro de la cual eres ejemplo, forma pieza fundamental”.
Comentarios