A estas alturas del gobierno de Donald Trump los norteamericanos nos empiezan a dar lástima. Tener a un presidente de esa calaña debe ser atosigante, asfixiante. Trump es un sujeto inestable que no debería ni siquiera tener una licencia de conducir, pero los norteamericanos le dieron una licencia para conducir un país. Las muestras de intolerancia y racismo que ha dado ponen en riesgo la seguridad de millones de norteamericanos que no coinciden con el perfil racial que él apoyó.
¿Y qué decir de nosotros, sus vecinos? Trump considera a México como el país con más crimen en el mundo. Por supuesto, no se trata de defender a México a ultranza, pero tampoco se trata de colgarle medallitas que no le corresponden.
Trump tiene necesidad de calificar a nuestro país de esta manera para sacar ventaja ante sus seguidores, para echar atrás convenios comerciales que no le convienen a un grupo que lo apoya, aunque esto signifique amputar los beneficios a una parte importante de la economía de los Estados Unidos. Pobre de los norteamericanos, pero podre de México también, tan lejos de Dios, pero tan cerca de Donald Trump.
Comentarios