No sabemos cuánto tiempo habrá de durar esa huelga de hambre, según reportes al exgobernador sólo lo alimentan con miel y limón; conociendo lo atascado que es ya debe llevar varios galones. Esperemos que no llegue a un estado crítico, esperemos que no muera de inanición.
Qué tiempos aquellos en que mandaba a traer en el helicóptero propiedad del estado, esas tortas de “La rielera” que tanto le deleitaban, o esos jochos del Callejón del Diamante, que dicen, se bajaba con coca hasta cinco de un jalón.
Si existe justicia en este país, Javier Duarte debe estar preso por muchos años, los años suficientes para que contemple cómo los veracruzanos nos ponemos de pie; Duarte tiene que estar consciente para ver cómo los veracruzanos nos recuperamos del desastre que causó. Porque no debemos quedarnos cruzados de brazos, lamentando nuestra suerte, contemplando el desastre que este remedo de Mahatma causó en todo el estado de Veracruz.
Los veracruzanos somos más fuertes que este sujeto, somos más fuertes que todas sus infamias.
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