Está también el escándalo que se ha revelado sobre la manera discrecional como se entregan las plazas de maestros, dando preferencias a cuestiones políticas y de amiguismos. Está también el tema de como Sara Ladrón y Tula Guerrero, durante estos cuatro años, se estuvieron repartiendo presupuesto y prebendas. Señala Luis Velázquez Rivera que una de las últimas fue el acomodo de Katia Guerrero, sobrina de Tula.
A todo esto, hay que sumar el agachismo de Sara, su sometimiento a las promesas y mentiras de Duarte, y su ineficacia y cobardía para poner orden a académicos aviadores, y la contratación de sujetos con problemas de alcoholismo en áreas muy sensibles de la UV. Pero todavía más, por fin le surgió un contendiente de altura, que incluso la supera, el doctor Ragueb Chaín, que sobre universidades parece que lo sabe todo.
