Un ejemplo es un modelo a seguir. De acuerdo con su raíz, la palabra ejemplo significa tomar algo de un conjunto para ponerlo de muestra. Un ejemplo no necesariamente tiene que ser positivo, hay ejemplos negativos, personas o acciones que no se deben seguir. En un principio la literatura toma esta palabra para designar los relatos que contenían una enseñanza. Los relatos más conocidos de este género están el Libro de los enxiemplos del conde Lucanor et de Patronio. Es este un magnífico libro de relatos escrito a finales del siglo XIII.
El libro abreva de la tradición hindú, sobre todo del Panchatantra, una colección de fábulas que data del siglo III a. C. Pero en el Libro de los exemplum del conde Lucanor (título castellanizado) también encontramos adaptaciones a su época de relatos de Las mil y una noches y de otras tradiciones. El autor es el infante don Juan Manuel, el primer escritor de su época que firma sus relatos como autor.
El método, si lo pudiéramos llamar así, es el siguiente: El conde Lucanor tiene una duda, un dilema o una pregunta y acude a su consejero Patronio. El conde expone su dilema y Patronio, antes que darle una respuesta simple, «sí, no, hágalo, no lo haga, tómelo, no lo tome», le contesta a su señor con un exempla (singular de exemplum) que en su contenido disipa toda duda en el conde y lo ayuda a tomar la decisión correcta.
Algunos de nuestros gobernantes de la actualidad deberían tener un consejero así, sin embargo los consejeros de nuestros gobernantes son una bola de insensatos; por eso nuestro país está como está.
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