Si se detiene a Xóchitl Tress y se le comprueba su enriquecimiento ilícito, pues qué bueno, que pague con cárcel su crimen, así sea mujer, así sea amante de Duarte, o se haya mantenido célibe desde la muerte de su marido. La condición de mujer de Xóchitl Tress no debe ser factor para darle un trato diferente; el escarnio que se ha desatado en su contra es consecuencia de sus acciones, no de la maledicencia gratuita de las redes sociales.
Ella se mostró como la querida perfecta, la que le mandaba fotos sensuales a sus amantes, ella lo permitió y la alcanzó el escarnio, simplemente cosecha lo que sembró. Ahora se está dando cuenta de que sus acciones tienen consecuencias, y ese es uno de los objetivos de sancionar una conducta ilícita, que los ciudadanos se den cuenta que una persona que actúa en la ilegalidad, tendrá que responder ante la justicia.
Si la justicia fuera discrecional y mostrara su rostro de impunidad al delincuente, nada más porque éste es “pez chico”, nada más porque es mujer, nada más porque robó poquito, ese sería un mal ejemplo que permearía en la mente de los ciudadanos. Por eso no salgan a defender a Xóchitl con falsos argumentos feministas, o diciendo que, si no han atrapado a Karime Macías, entonces que no detengan a nadie hasta que atrapen a la que merece abundancia.
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