Filiberto Vargas Rodríguez /
Prefacio.
Fue la clásica estrategia del regateo: pedir mucho más de lo planeado, para terminar “cediendo” y aceptando la cifra que desde el principio se pretendía. *** Desde que anunció el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares su decisión de reactivar el impuesto al hospedaje (¿recuerdan cuando prometió, desde campaña que no impondría ningún nuevo gravamen?) se filtró la versión de que pediría que éste fuera del 3%, cuando antes era del 2% y en esa misma medida funciona en otras entidades. *** La estrategia fue clara, que el debate fuera acerca del monto del impuesto, y no sobre la conveniencia o no de aplicar ese gravamen. *** Al final el gobierno estatal les “concedió” a los diputados el mérito de haber modificado la propuesta para bajar la carga tributaria al 2%… y todos contentos. *** Lo dicho: las triquiñuelas de Yunes Linares son muy parecidas a las de Fidel Herrera.
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El mensaje desde la capital del país fue escueto: “Lo de Raymundo es Segob”.
Esto es, que el contenido de la columna publicada este martes por el periodista Raymundo Riva Palacio (“Estrictamente Personal. Los informantes de Yunes”) había surgido de una “garganta profunda” en el edificio de Bucareli.
“Yunes (Linares) llegó a (Juan José) Rodríguez Janeiro por un amigo común, y vio a los dos (el otro es Moisés Mansur) en Vancouver. Con su colaboración se empezó a construir una cadena de informantes de Yunes (Linares), algunos que fueron incondicionales de Duarte, y que prefirieron traicionarlo para tratar de salvarse de la justicia”, plantea en el inicio de su colaboración el periodista.
Además de la presunta deslealtad de dos escoltas de Javier Duarte, el periodista incluye en esa lista de “traidores”, a quien fuera su secretario de Seguridad Pública y hombre de todas sus confianzas, Arturo Bermúdez Zurita, quien –según esta versión- habría sido el responsable de organizar la logística de la fuga del exgobernador.
Esto suena extraño, pues para cuando Javier Duarte se dio a la fuga, Arturo Bermúdez ya no formaba parte de su equipo. El gobernador le mandó pedir la renuncia luego de que se hicieran públicas las propiedades del titular de Seguridad Pública en el extranjero.
A menos que la estrategia de la fuga se hubiera diseñado con mucha anticipación, no suena lógico que el colaborador despedido aceptara prestarle ese último servicio.
Otros mencionados en esta lista de “traidores” son Adolfo Mota, quien fuera secretario de Educación del estado hasta 2015, y Édgar Spinoso, Oficial Mayor de la misma dependencia hasta marzo del 2014.
Según el artículo, Mota –quien tendría una buena relación con Fernando Yunes-habría conseguido que Spinoso “aportara información sobre los presuntos desvíos de recursos de sector”. A partir de esas revelaciones, se asegura, “se comenzaron a fincar las acusaciones penales en contra de él, y más relevante, dijo de cuáles cuentas salieron esos dineros”.
Sin embargo, hasta la fecha ninguno de estos dos legisladores federales tiene procesos abiertos, ni en el fuero común, ni en el ámbito federal.
En esa “lista negra” vuelve a aparecer el coordinador de los diputados federales priistas de Veracruz, Érick Lagos, quien durante la gestión de Javier Duarte fue
Secretario de Gobierno y dirigente estatal del PRI. Riva Palacio menciona que Lagos “mantuvo comunicación permanente con el gobernador Yunes desde los tiempos de mayor enfrentamiento con su antecesor, y en la actualidad hace trabajo político para él en Xalapa y San Lázaro”.
Además, cuenta que este personaje “le aportó la mecánica para desviar sin aparente rastro dinero público para sus empresas, y puso al descubierto los atajos y las formas empleadas para mantener el flujo de recursos públicos a sus bolsillos”.
Otro diputado federal que habría pactado con Yunes Linares, según este artículo, sería Jorge Carvallo Delfín, quien fue titular de la Secretaría de Desarrollo Social, “de donde salieron millones de pesos, presuntamente para convenios con medios, que nunca llegaron a la prensa”.
Raymundo Riva Palacio incluye en la lista de quienes habrían traicionado a Javier Duarte, a los diputados locales Juan Manuel del Castillo (PRI) y Vicente Benítez (Panal).
Del primero sólo destaca su cercanía con Duarte y el “conocimiento de toda la red de plomería que se utilizó para el desvío de dinero”, mientras que del segundo dice que “fue detenido por la Policía Federal en el aeropuerto de Toluca con 25 millones de pesos” (lo cual es falso) y que pagaba, desde la SEV, “los gastos personales de Duarte, las cuentas de las tarjetas de crédito de su esposa, y la nómina del gobernador en Casa Xalapa”.
Por supuesto, no existe una “Casa Xalapa” y si se refería a la Casa Veracruz, ésta tenía su propio presupuesto.
Ese escueto mensaje que me fue enviado, en el que se le atribuye a la Secretaría de Gobernación el origen de todos esos datos, coincide con un mensaje que se divulgó también desde la capital del país, incluso antes de que fuera capturado Javier Duarte: “Se equivocan quienes buscan en Yunes Linares el perdón. La justicia se imparte desde el gobierno federal, y será acá donde se decida quién debe pagar por sus pecados y quién no”.
Eso explicaría por qué otros diputados federales, también muy cercanos a Javier Duarte -Tarek Abdalá y Alberto Silva- están siendo protegidos por el manto priista en San Lázaro.
Hay quien sugiere, sin embargo, que este “arrimón” habría salido, justamente, de los dos diputados federales veracruzanos contra los que la actual Fiscalía de Veracruz ha iniciado carpetas de investigación. Lo que estarían buscando, dicen, es señalar a todos los que, desde su perspectiva, están saliendo “limpios” y bajo la premisa de que “si me jodo yo, nos jodemos todos” pretenden repartir culpas.
De esto todavía falta mucho por conocer.
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Epílogo.
El delito de “enriquecimiento ilícito” no es considerado grave por el nuevo Código Penal. La prisión preventiva la otorga el juez de control, a petición de la Fiscalía, en los casos en los que se presume que la persona señalada pudiera darse a la fuga. Es raro que el juzgador conceda esa medida. Gabriel Deantes, por ejemplo, acusado por el mismo delito, ha podido enfrentarlo en libertad. ¿Cuál habrá sido el criterio del juzgador para ordenar esa medida cautelar contra Xochilt Tress y, además, imponerle dos años en la cárcel? Hay quien sugiere que tanta sevicia podría tener su origen en un desdén. *** Y sigue la mata dando: Los cuerpos sin vida de un hombre y una mujer fueron encontrados en la cajuela de un taxi, en Coatzacoalcos. Los cadáveres presentaban heridas de bala y huellas de tortura; además, junto a los cadáveres, fue hallada una cartulina con un mensaje. En esa misma ciudad, en la vivienda ubicada en el número 805 de la avenida Revolución, dos sujetos entraron con la intención de robar, pero uno de los propietarios los sorprendió, por lo que lo asesinaron con una navaja. *** Y en Tuxpan, la mañana del martes fue hallado el cuerpo de un hombre, el cual presentaba huellas de violencia, en el camino Cañada Rica- Peña Alta. La víctima de aproximadamente 25 años, presentaba heridas con arma punzo cortante y fracturas en la cabeza. *** ¿Será un tema de “percepción”?