Después del trato humillante que el gobierno de Donald Trump ha dado al de Enrique Peña Nieto, uno esperaría que la postura de los inquilinos de Los Pinos fuera más inteligente ante el asunto de Venezuela. Es cierto que no se puede meter las manos al fuego por el gobierno de Nicolás Maduro, pero tampoco puede el gobierno mexicano adoptar una postura inclinada y supeditada a los intereses de Trump.
No por algo ya comienzan a levantarse las voces de varios intelectuales mexicanos en contra de la postura entreguista y sumisa de la cancillería mexicana. Las medidas económicas de Estados Unidos en contra de Venezuela son consideradas injustas e inhumanas.
Lo que el presidente Peña debería hacer primero es meter orden en su gobierno y adoptar una postura digna y valiente en contra del muro y de Donald Trump, y no andar haciéndole el caldo gordo a un personaje nefasto y racista como el presiente norteamericano.
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