Los medios críticos, los que investigan, los que cuentan con periodistas que tienen un olfato especial, son considerados los peores enemigos de los políticos corruptos. Como muestra palpable ahí está Animal Político, gracias a la investigación de este grupo de profesionales, se supo el asunto de las empresas fantasma que utilizó Javier Duarte para robar la cantidad astronómica de dinero en Veracruz. Gracias a este medio, la PGR encontró los elementos para llevar a juicio a este ratero.
Otro caso muy marcado fue la investigación de la llamada Casa Blanca; el equipo de profesionales, comandado por la valiente Carmen Aristegui, puso en jaque al mismo presidente Peña Nieto. El contubernio y tráfico de influencias con una constructora puso al desnudo ante la sociedad mexicana, la gula de la primera dama, la actriz Angélica Rivera. Ésta fue expuesta por un medio crítico y desde luego el gobierno federal trató de descalificarlo y finalmente tomó represalias contra Aristegui y su grupo de profesionales.
Por eso es necesario que se valore el trabajo de los medios críticos, su permanencia es necesaria para el desarrollo de la democracia en todos los niveles de gobierno. El gobernante que permite el pleno desarrollo de los medios críticos, sin interferir en su trabajo, está abonando a generar un ambiente sano para la información crítica. Los medios chayoteros, esos no tienen de que preocuparse.
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