Muy optimista, así calificó el abogado de Javier Duarte a su cliente, muy optimista porque dice que ellos tienen una estrategia para revertir las acusaciones en contra del exgobernador. Por supuesto, se espera que tanto la PGR como la Fiscalía del estado tengan bien documentadas sus carpetas de investigación, bien sustentadas las acusaciones y bien amarrados a sus testigos. Este caso no puede ser como la película El Padrino, donde a última hora los testigos se desdicen o cambian su versión, donde las pruebas no alcanzan.
La Fiscalía no debería estar confiando en la PGR, pues el gobierno de la República tiene muchos pendientes con el exgobernador. Quizá por ahí derive el optimismo de este delincuente, que pueda tener un pacto con el gobierno de Peña Nieto a quien apoyó para que éste llegara a la Presidencia.
Sólo de esa manera podríamos entender ese optimismo de Duarte; su arrogancia como gobernador y su cinismo, así como su amistad con el presidente sólo se explica en una relación de complicidad. Lo reiteramos, no se puede permitir que un sujeto como Javier Duarte, ladrón, corrupto y cínico salga en libertad. Seguramente los veracruzanos saldremos a las calles y se lo cobraríamos con creces al que gobierna este país.
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