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Fisculín suda frío; se le acerca la voladora

Desde que el muy leído Notiver de Don Alfonso Salces bautizara con agua maldita, perdón, bendita, a Luis Ángel Bravo Contreras como Fisculín, éste jamás se pudo zafar de este mote. Inmediatamente la mayoría de los medios hacía referencia a este personaje con tan ridículo apodo. Lo cierto es que a él, que durante la fiebre del duartismo hizo y deshizo desde la Fiscalía General del Estado, junto al encargado de la Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, finalmente ha sido requerido por la justicia veracruzana.

Resultaba indignante para la mayoría de la sociedad veracruzana que dicho personaje de dudoso proceder y sucio paso por la Fiscalía, anduviera libre como blanca paloma. Hoy tiene que entregar cuentas sobre el número alarmante de fosas clandestinas, levantamientos y secuestros a lo largo del Estado de Veracruz.

Tiene que explicar por qué permitió que el exejecutivo local metiera su cuchara en asuntos legales; explicar también por qué la Fiscalía fue utilizada como herramienta de acoso a periodistas y personas inocentes. Hoy el Fisculín debe responder por su mal paso por la Fiscalía y comprender que en esta vida el poder es como la rueda de la fortuna, y hoy, son tiempos de que esté abajo, desde luego, respondiendo por su abyecta complicidad con Javier Duarte.

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