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Alberto Silva, arrogancia que no se olvida; hoy inicia el camino de su desafuero

Alberto Silva Ramos (El Cisne) FOTO: WEB

Todas las locuras de Javier Duarte en la segunda mitad de su sexenio fueron consecuentadas por Alberto Silva, su nuevo coordinador de Comunicación Social. Silva era el que le hablaba al oído a Duarte, y Duarte, monigote sin voluntad, ocupado en sus propios apetitos, lo dejó crecer a tal grado que Alberto Silva se sintió con derecho para ser gobernador de Veracruz. Ya tenía a Javier comiendo de su mano, lo único que necesitaba era un aliado en el centro del país.

Una vez hecho diputado, Silva empezó a cabildear e hizo creer, o quizá así fue, que Aurelio Nuño estaba de su lado. Incluso filtraba a los medios fotografías en las que saludaba al presidente Peña, como pretendiendo hacernos creer que también de él tenía la bendición. Después de ser diputado, y ante la inminente guerra en contra de Yunes Linares, Javier Duarte lo volvió a colocar como coordinador de Comunicación Social, desde donde se enfrascó en una batalla intestina en contra de Yunes Linares.

A Silva lo perdió su arrogancia, su lengua y sus excesos. Según las investigaciones, mientras Silva operaba, logró desviar mucho del presupuesto de Comunicación Social hacia empresas fantasma; ya sabía cómo, eso mismo hizo siendo secretario de Desarrollo Social. Hoy, la Fiscalía del estado pide el desafuero de Alberto Silva acusado de otorgar miles de millones de pesos a medios de comunicación sin haber sustento de ello. Hoy inicia el camino hacia su desafuero.