Una vez hecho diputado, Silva empezó a cabildear e hizo creer, o quizá así fue, que Aurelio Nuño estaba de su lado. Incluso filtraba a los medios fotografías en las que saludaba al presidente Peña, como pretendiendo hacernos creer que también de él tenía la bendición. Después de ser diputado, y ante la inminente guerra en contra de Yunes Linares, Javier Duarte lo volvió a colocar como coordinador de Comunicación Social, desde donde se enfrascó en una batalla intestina en contra de Yunes Linares.
A Silva lo perdió su arrogancia, su lengua y sus excesos. Según las investigaciones, mientras Silva operaba, logró desviar mucho del presupuesto de Comunicación Social hacia empresas fantasma; ya sabía cómo, eso mismo hizo siendo secretario de Desarrollo Social. Hoy, la Fiscalía del estado pide el desafuero de Alberto Silva acusado de otorgar miles de millones de pesos a medios de comunicación sin haber sustento de ello. Hoy inicia el camino hacia su desafuero.