Constructores, barbas a remojar

César Augusto Morando Turrent FOTO: WEB
- en Opinión

Arturo Reyes Isidoro / Recuerdo el día en que un dirigente agrario le fue a presumir a mi maestro de periodismo Froylán Flores Cancela que se iba de la dirigencia estatal de la CNC sin haber hecho enemigos.

Creyó que con eso lo iba a impresionar. Quería mostrarse como un político habilidoso.

Entonces está usted jodido. Se ve que no hizo nada, que no resolvió nada”, le respondió el periodista y gran columnista político que fue, uno de los grandes que ha tenido Veracruz.

El campo veracruzano era entonces (en el siglo pasado) un mar de conflictos y sobre el agro estatal ya había corrido la sangre en enfrentamientos, de tal forma que cualquier dirigente responsable tenía que tomar una posición, que era a favor de los campesinos, sus representados, y enfrentarse a los grandes terratenientes, latifundistas, quienes siempre los quisieron despojar de sus tierras. Por fuerza, pues, tenía que hacerse de enemigos.

Nunca se me olvida aquello y yo lo extiendo al dicho de que el poder es para ejercerse, que ya el político, el gobernante, la autoridad, sabe si lo hace para bien o para mal, para abusar de él como lo ha hecho Javier Duarte o para imponer orden en aras de la gobernabilidad y el bien común, como, me atrevo a pensar, intenta hacerlo el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares.

Ave de tempestades, Miguel es querido por unos y odiado por otros, por su estilo personal de gobernar que dijera el ilustre maestro don Daniel Cosío Villegas, porque a su paso por el poder hace y deja enemigos como le ocurrió cuando fue Secretario General de Gobierno en el mandato de Patricio Chirinos Calero. Lastimó, afectó a muchos por decisiones que tomó pero nadie ha dejado de reconocerle que ejerció el poder con carácter, decisión y firmeza, que impuso respeto y hasta temor porque, por supuesto, algunas veces se excedió. Por eso mismo, con él sabe uno a qué atenerse.

Hoy, con una prensa sin control oficial como se estiló en el pasado inmediato a base de carretadas de dinero, pero también con una prensa seria y responsable que hace su trabajo con mucho profesionalismo, es blanco de críticas y señalamientos como no se recuerda con otro gobernador, y empieza a hacer y a dejar enemigos, que puede que en su corto periodo sumen muchos.

De entre lo positivo de su administración, creo yo, está haber empezado a actuar por primera vez en contra de peces gordos de la iniciativa privada, de empresarios que en contubernio con las pasadas autoridades ayudaron a saquear el erario estatal en su calidad de contratistas dejando un reguero de obras inconclusas por toda la geografía estatal sin que hasta ahora alguien los responsabilizara.

Si Yunes Linares gobierna para el bien común, para los intereses de los veracruzanos, así tenga que hacerse de muchos enemigos, habrá de llamar a cuentas no sólo a César Augusto Turrent, el representante legal de la empresa Gran Marca Proyectos, SA de CV, que dejó inconclusa la Torre Pediátrica, sino a decenas y decenas de “constructores” que abusaron de los recursos públicos al amparo de los gobiernos de Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte de Ochoa.

El 27 de noviembre de 2013, al comparecer en la Legislatura como Secretario de Infraestructura y Obras Públicas con motivo del Tercer Informe de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón denunció con toda valentía el estado en que había encontrado la dependencia al hacerse cargo de ella (léase “Prosa aprisa” del 28 de noviembre de ese año, “La cueva de Alí Babá y los 40 ladrones”).

Reveló que existía un listado de obras que no se habían concluido desde los desastres naturales ocurridos en 2010, cuyo daño patrimonial ascendía a 170 millones de pesos, por lo cual se habían presentado 18 denuncias ante la Procuraduría General de la República (PGR), que se habían rescindido contratos por más de mil 160 millones de pesos, que había denuncias interpuestas ante la PGR contra 58 constructoras por el fraude en que incurrieron al recibir anticipos de 50 y hasta 84 por ciento para obras que finalmente no hicieron, como un puente en Martínez de la Torre que se reportó con un avance físico del 90 por ciento pero que jamás se inició, así como para otras que las dejaron abandonadas o no existían. Había denuncias también en la Fiscalía General del Estado.

Dijo entonces el ahora diputado local con licencia: “Las denuncias de hechos son un parteaguas, no ha habido ninguna como la que hoy estamos haciendo, ahí van funcionarios y tendrán que aclararlo; no estoy persiguiendo a nadie en particular, estoy buscando que las obras se hagan y dar cumplimiento con la responsabilidad que marca la ley. Yo no voy a tapar a nadie. No voy a ser omiso en nada, porque también es una falta grave; lo que yo vea, lo que yo compruebe, la autoridad competente deslindará responsabilidades y aplicará la ley”.

El reto que planteó fue el de ir al fondo del asunto, pero no sólo eso, sino actuar incluso contra funcionarios (de los que seguramente todavía están en la dependencia o en el Gobierno) o contra ex funcionarios (ex Secretarios, ex Contralores internos y general del Estado), y permitir que se siga adelante en la investigación y en la limpia de la dependencia que corruptos funcionarios la convirtieron en una versión moderna de la cueva de Alí Babá y los 40 ladrones”, escribí en aquella fecha.

Dije entonces que al interior del Gobierno corría la versión (la verdad tenía un testimonio directo) de que a veces al gobernador Javier Duarte le preocupaban las declaraciones-revelaciones de Buganza, por lo que intentaba frenarlo para que no hablara más.

Se agrega que Buganza, con la cercanía y confianza que tiene con el Ejecutivo, apoyado en su autoridad moral, le ha dicho, con documentos y pruebas en la mano: Gobernador, o son ellos o eres tú. Y que Duarte, ante los razonamientos del ex Secretario de Gobierno, ha convenido en que siga adelante en su limpia de la cloaca en que malos servidores públicos convirtieron a la ahora SIOP”.

Apunté que de esa manera el Secretario se había impuesto a otras personas que habían ido a “calentarle” la cabeza al joven mandatario para que no se investigara, no se profundizara en la revisión, no se actuara, no se rescindieran contratos, no se hicieran denuncias y no se afectaran intereses creados, “seguramente porque están metidas en el ajo, en el negocio”.

Sobre el tema, el 15 de diciembre de 2015 expuse también: “Fue el 3 de abril de 2014 cuando publiqué: … lo que ‘Prosa aprisa’ sabe es que se están moviendo fuertes intereses para tratar de retardar e incluso impedir que la PGR investigue y castigue casos como el del poblano Mohamed Samir Morales Álvarez, quien no obstante no ser un empresario reconocido, en 2010, a los 29 años de edad, compró el equipo de futbol Tiburones Rojos de Veracruz (en junio de ese año la actriz y cantante Belinda lo acusó por extorsión y amenazas), y quien, como oportunamente informó el diario Notiver el pasado 25 de marzo, cobró millonarias sumas por obras que nunca realizó”.

Esto lo recuerdo ahora porque, finalmente, el viernes pasado se informó de la detención de dicho personaje acusado de fraude por no entregar obras carreteras que le fueron contratadas por el Gobierno del Estado para que su empresa Constructora Corporativo Galis ejecutara con recursos del Fonden. El supuesto constructor reportó obras terminadas por un monto de 12 millones 800 mil pesos, de los cuales se le entregaron 11 millones, pero cuando las autoridades supervisaron los trabajos supuestamente concluidos se encontraron con que todo estaba en obra negra”.

¿Pero qué ha pasado con las demás denuncias? El hoy titular de la SIOP, Julen Rementería del Puerto, como diputado local del PAN entonces exigió que se actuara, pero ahora que ha llegado al cargo seguramente sufre de amnesia y ya no se acuerda de aquello.

Por testimonios directos supe que Duarte ordenó al entonces fiscal Luis Ángel Bravo Contreras y se reunió con funcionarios de la PGR, a quienes cañoneó, para que le echaran tierra a las denuncias. En la Legislatura tampoco alguien dijo algo.

Si el gobernador quisiera de veras ir a fondo, bastaría con rescatar los gruesos volúmenes de las denuncias que deben estar en algún sótano de la Fiscalía así como de la PGR, y si se revelaran los nombres de quiénes son y los de sus “constructoras” (muchas eran fantasma) el escándalo sería mayúsculo porque hay de todo, de muchos que ahora mismo se pasean impunes aunque a lo mejor con lo ocurrido a Turrent han puesto ya sus barbas a remojar.

Pero incluso si costara encontrar esas denuncias, bastaría con apretar a uno de los ilustres huéspedes de Pacho Viejo, Francisco “El Gordo” Valencia García, ex titular de la dependencia llamada entonces Secretaría de Comunicaciones, quien tuvo mucho que ver con lo que denunció Buganza, pero  siempre contó con la protección de Duarte, su cómplice y beneficiario directo.

Esas obras denunciadas son las que ahora trata de concluir el gobernador Yunes Linares.

Quién sabe si el gobernante ha pensado que esa, la detención de toda esa fauna de “constructores”, sería otra forma de hacer que devuelvan lo que se robaron en los dos gobiernos anteriores, porque mucho dinero se les “pagó” (se les regaló impunemente) y nunca cumplieron. Tela hay, y mucha, de donde cortar, aunque el gobernador se haga de muchos enemigos pillos pero a cambio logre el reconocimiento de los veracruzanos.

Que en cualquier momento llega Duarte a México

La agencia Notimex reportó que “en las próximas horas” (entre anoche y este viernes) ocurrirá la extradición de Javier Duarte a México, según informó el Ministro de Gobernación de Guatemala, Francisco Rivas.

Tal vez entre hoy y mañana“, refirió el funcionario al ser consultado sobre el proceso en un acto público en el centro de la capital guatemalteca, se dijo.

Se agregó que el ministro enfatizó que el ex Gobernador posee información valiosa en materia de corrupción para las autoridades de México, por lo que es considerado como un detenido de “alto riesgo” en Guatemala.

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