Citando a Juan Carlos Onetti, Sara Ladrón de Guevara «tiene motivos para creer en lo extraordinario suyo. Creer que ha salvado muchas cosas del naufragio. Pero no es cierto». Finalmente, la rectora de la Universidad Veracruzana reconoce su aspiración de repetir en el rectorado de la UV. Para ello presentó una carta a la comunidad universitaria y a la sociedad veracruzana donde habla de algunos de sus logros. Según ella la UV ha avanzado en el proyecto de “Tradición e innovación” (¿?).
Sara Ladrón dice que sus cuatro años han sido de denuncia y combate a la corrupción, que han sido cuatro años para recuperar la cultura de la “meritocracia” y reorganizar los concursos de oposición; para ella han sido cuatro años de revisión del modelo educativo. En un manejo magistral del oxímoron, Sara Ladrón dice que la UV se encuentra frente a “evidencias” y “percepciones” que son puestos en marcha gracias al trabajo de los universitarios.
Sara habla de los derechos humanos, de las preferencias y de las diversidades y se imagina un futuro de mayor armonía. Vaya con la rectora que cobija abusadores; vaya con la rectora agachona; vaya con la rectora que cuenta maravillas de ficción, que como dice Onetti, cree en lo extraordinario suyo, cree que ha salvado muchas cosas del naufragio, pero no se da cuenta que su barco, su proyecto, está bien hundido.
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