Tal pareciera que el incremento en asesinatos en Veracruz formara parte de un plan macabro y siniestro. Los ejecutantes y los autores intelectuales se esconden cobardemente en el anonimato, como es de esperarse. El desgaste al gobierno de Yunes Linares es evidente, hacen ver a los organismos de procurar justicia como poco eficientes y erráticos.
El problema es que, dentro del crimen organizado, existen miles de maleantes que están dispuestos a todo por unos cuantos pesos. Por eso cuando detienen a secuestradores o asesinos, inmediatamente aparecen otros. Se asemejan a la Hidra, antiguo y despiadado monstruo acuático, con forma de serpiente policéfala (cuyo número de cabezas va desde tres, cinco, nueve o hasta cien, e incluso diez mil). Esa era su máxima virtud, regenerar dos cabezas por cada una que perdía o le era amputada. Eso pasa con los maleantes, detienen a cuatro y aparecen ocho.
Por eso es necesario que las fuerzas de seguridad de todos los niveles estén bien coordinadas, y se espera que la sociedad denuncie cualquier movimiento sospechoso. Es por el bien de todos.
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