Édgar Hernández* /
¡A mi reconocido Francisco Berlín!
Bien se dice que la victoria tiene muchos padrinos.
En el caso Veracruz, no solo la fórmula PAN/PRD se alza en triunfo; con ellos la familia Yunes y, por supuesto, quien se hizo de la vista gorda, el OPLE Veracruz, hoy bajo sospecha.
A la vuelta de un sorpresivo proceso electoral el pasado cuatro de junio en donde los azules arrasaron –en algunas plazas por paliza como en el corredor Veracruz-Boca del Río donde jugaron Fernando Yunes Márquez y el alfil de Miguel Angel Yunes Márquez- queda esa maldita sospecha.
¿Quién o quiénes ayudaron?
Mucho tendría que explicar el consejero presidente y sus consejeritos de este organismo José Alejandro Bonilla –todavía hace un año fiero defensor de Javier Duarte- sobre el relleno de urnas, alteración de actas, cifras preliminares amañadas y resultados arrasadores en favor de la causa de quien detenta el mando por aquello de garantizar futuras prebendas.
Todavía se recuerda a Bonilla horas antes de la jornada comicial recordando con desusado ánimo lo extraordinaria que resultaría la votación y esa transparencia que la caracterizaría.
¿Acaso justificación?
Y es que al final del día las quejas, los resultados y el asombro ciudadano mostraron lo que hoy se sabe, el desaseo electoral.
Cuánta razón le asiste al doctor Francisco Berlín Valenzuela, el más acreditado estudioso de los procesos electorales en México, cuando afirma que ante los múltiples vicios e irregularidades que han afectado al reciente proceso electoral celebrado el 4 de junio, numerosas instituciones políticas y académicas, partidos y ciudadanos, han considerado que se ha producido un retroceso en el avance democrático.
En Veracruz, al igual que en las plazas donde hubo elecciones las instituciones responsables de la transparencia y legalidad comicial, dejaron mucho que desear.
Acaso por ello la relevancia de las admoniciones de Berlín cuando apunta que “el papel que han jugado los organismos electorales, los partidos políticos y algunas instituciones gubernamentales han dejado mucho que desear, al percibir los ciudadanos que no se estuvo a la altura que se suponía habían alcanzado ya las elecciones en México”.
Y sí.
En Veracruz hay la percepción de que el OPLE mostró marcadas preferencias en ciertas plazas y ciertos partidos -PAN/PRD-; que su promoción del voto fue un fracaso –el abstencionismo conviene al partido en el poder- y que extraños números con resultados altísimos en favor de ciertos candidatos, dejan dudas.
Berlín Valenzuela al abordar el tema desde la óptica nacional, regresa al origen de la concepción del organismo rector de las elecciones “como un ente caracterizado por la independencia y autonomía suficientes para la realización de sus trascendentes tareas”.
Sin embargo, a la distancia de más de 35 años el organismo rector de los procesos electorales convertido ya en el Instituto Nacional Electoral está evidenciando con los resultados de estos últimos comicios que sigue teniendo los mismos vicios de su antecesora la Comisión Federal Electoral –de la cual alguna vez forme parte-, época en la cual actuaba como un organismo dependiente del gobierno”.
El primero de julio del 2018 Veracruz y el resto del país habrán de vivir –y esto no es exageración- la madre de todas las elecciones dado que habrán de renovarse la Presidencia, el Congreso Nacional, la gubernatura y las diputaciones locales y si no se cuenta con un organismo imparcial la república vivirá serios problemas.
Oigamos las palabras de la gente sabia.
“Desde hace mucho tiempo he sostenido –dice el doctor Berlín- que el ahora Instituto Nacional Electoral, mal llamado órgano ciudadanizado dentro del proceso, constituye una falacia de la democracia mexicana, debido a que es falso que los ciudadanos participen en su integración”.
Y es que justamente son el Instituto Nacional Electoral y los Organismos Locales Electorales, quienes están permitiendo el quebrantamientos al por mayor a las leyes electorales, al no percatarse de los actos anticipados de campaña, de los aspirantes a la gubernatura en general, así como de los numerosos vicios e irregularidades que se dieron a granel, durante el desarrollo de los procesos electorales sin que ninguno de los consejeros locales y federales intervinieran para evitar los actos al margen de la ley, que estaban cometiendo candidatos y partidos en su afán desenfrenado por obtener a como diera lugar la victoria electoral”.
Este es pues un llamado a tiempo ya que como dice el experto “esta situación ha originado que en el imaginario colectivo, como diría Edgar Morín, al conceptualizar los símbolos y mitos que se producen en la sociedad, persista la convicción de que los organismos rectores del proceso electoral federales y locales, celebrado el pasado 4 de junio, muy lejos estuvieron de cumplir con una de sus misiones esenciales como es la de lograr la credibilidad y confianza de las elecciones”.
Hoy son un hecho las múltiples críticas que diversos sectores de la población han venido haciendo en los últimos días para referirse a la pobre actuación que tuvieron antes, durante y después de la jornada electoral los consejeros electorales, que no supieron dimensionar los efectos negativos que causarían con su actuación.
Importante pues si se quiere recobran la credibilidad perdida que el OPLE Veracruz retome su papel fundamental o que sus consejeros –hoy bajo sospecha- o de plano se hagan a un lado.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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