Pues claro que hay personas que quieren a Felipe Calderón, que se toman la foto con él y la suben a Facebook, que lo defienden de las acusaciones que pesan en su contra llamando ignorantes a quienes repiten esas acusaciones. Para estas personas, Felipe Calderón no es un alcohólico, no es un asesino, no es un mitómano; sí es el del «haiga sido como haiga sido», pero para ellos no fue un presidente espurio.
Sin embargo, para otros, que ya se están volviendo mayoría, Felipe Calderón es todo lo que de él se dice: asesino, alcohólico, espurio, mitómano, cínico y hasta mantenido. Todo eso fue lo que le gritaron unos activistas en Cancún a Calderón cuando este impartía una conferencia a ¿quién cree usted’, a jóvenes de “derecha” de Venezuela, Cuba y Nicaragua, según comenta la activista Teresa Carmona.
En esa conferencia Calderón, para salir del paso cuando lo llamaron asesino, preguntó a la activista que a quién apoyaba. A pesar de que ella dijo «a la justicia», Calderón dijo que a López Obrador y mitómano como es, dijo además que López Obrador había puesto a un alcalde en Iguala cuyos policías asesinaron a los estudiantes de Ayotzinapa. ¿Así o más mitómano el alcohólico panista?
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