Como verdaderos buitres carroñeros, los hijastros putativos de la fidelidad hicieron de las suyas con las candidaturas en los tiempos en que se peleaban por ellas. El oriundo de Nopaltec asentó sus fueros mediante sus mandaderos. Un vasto desfile de personajes se dejaba ver en el PRI; desde amantes, segundos frentes, compadres, amigos de dudosa reputación, todos ellos vivieron en jauja.
Hoy sólo se ven los unos a los otros; los puestos son honoríficos, no hay billete que administrar ni espacios en las alcaldías para regidores y personal que apoyo de las fallidas campañas. Hoy el PRI veracruzano está de capa caída y mucho de esta situación se le debe a Javier Duarte.
Sus excesos y mal tino político dejaron al PRI en una situación lastimera, y como prueba ahí están los últimos resultados de las elecciones municipales. Por eso en el PRI, hoy más que nunca, urge una renovación completa.