Las victorias del PRI en Coahuila y en el Estado de México es sólo una realidad comprada, la sociedad mexicana sabe perfectamente que esos triunfos son robados, especialmente el del Edomex. Esta situación ha creado fuertes inconformidades entre la militancia tricolor que ya están exigiendo la cabeza del patiño del presidente, desde luego que nos referimos a Enrique Ochoa Reza. El liderazgo del “cuatacho” del presidente Peña es débil, no muestra ninguna señal de fortaleza como para conducir los trabajos que lleven a buen puerto al candidato tricolor a la presidencia el próximo año.
Y es que, aunque haya ganado el Edomex, la percepción que queda en la mente del electorado es que se ganó con un maquinado fraude, y eso no es sano para las pretensiones de Los Pinos de seguir conservando el poder.
Así que, si el presidente quiere seguir empecinado en conservar a Ochoa Reza en la dirigencia del PRI, tendrá que asumir las consecuencias. Los grupos poderosos que mandan dentro del partido tricolor ya están haciendo presión y tarde o temprano el debilitado presidente Peña tendrá que soltar de la mano a su cuate del alma; todo sea por seguir conservando el control del Gobierno Federal. Y eso, si AMLO y compañía se lo permiten.
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