Virginia Durán Campollo / Dos pensamientos han regido mi vida periodística: “si tu intención es decir la verdad, hazlo con sencillez y la elegancia déjasela al sastre y más vale una pluma limpia que una prosa brillante”. La libertad de expresión, buscando la verdad con honestidad. A los egresados de periodismo, desde el inicio se nos enseña la ética. A tener un comportamiento, a través de las otras materias que se imparten, lo más cercano a la realidad. Ser objetivos. Sin más que la teoría, se adentra en éste apasionante trabajo al que el gran Gabriel García Márquez, consideraba “el mejor oficio del mundo”. Lo es cuando se realiza con pasión, entrega, compromiso. Tal vez las frías necesidades del hoy, terminan con los cálidos anhelos del ayer. La máxima tecnología obtenida, supera todas las formas de origen de la comunicación. El periodista nace o se hace, es la primera pregunta que surge de los maestros. Considero es una fusión elemental. Como todas las ciencias, la teoría y la práctica dan buen resultado. Lo otro se origina en lo profundo del ser; amor, entusiasmo por lo que se realiza.
***Un camino nada fácil, que en la actualidad constituye un riesgo de vida. La putrefacción de los que están en el poder, que no soportan la verdad y menos se les exhiba. Alejados de la educación y la cultura, matan al mensajero. Sátrapas que envían a liquidar, cualquier manifestación de rechazo de diferentes grupos sociales que les cuestionan y exigen. De manera tan preocupante, que ocupamos un segundo lugar de riesgo en el mundo para ejercer la libertad de expresión. Dicen que la soledad es el precio de la libertad y quienes realizan la prensa crítica son aislados. No solo los matan, sino los reprimen, marginan, suprimen de los beneficios que por ley corresponden. La principal causa de la corrupción, dentro del periodismo, son los bajos sueldos.
*** Una innoble competencia alimentada por los gobiernos, de quienes fracasan en sus propias profesiones y van al periodismo hacer los grandes negocios, que atentan contra los intereses de la nación. Los serviles, lacayunos que utilizan la pluma para la falsa alabanza. Quienes sin rubor, negocian y pactan. Absorben los mismos vicios, que sus contratantes. La prensa profesional, es despreciada. Ningún organismo de defensa del periodista, que dependa del gobierno, podrá cumplir a cabalidad su función. Un llamado a los rectores de universidades públicas y privadas, para con reserva aceptar a jóvenes que, realmente, no tienen las cualidades para la profesión. Es un deber, pues las condiciones no son las adecuadas. La sociedad debe ocuparse en la defensa de los periodistas, pues son ellos quienes se esfuerzan por mantenerles informados y ayudan a la comprensión de la realidad. Las organizaciones gubernamentales de defensa, son pantomimas. Son sordos a las exigencias de agrupaciones internacionales, como la ONU entre otras, que llaman a la cordura. Las condiciones de trabajo de los periodistas llamados de a pie, son lamentables pues carecen de los básico. El asesino está en casa.
*** Agradecemos con verdadera emoción, el reconocimiento brindado por el Club de Periodistas de México A.C., con motivo de la celebración de la Libertad de Expresión. Un reconocimiento a los periodistas Celeste Sáenz de Miera, la Secretaria General Nacional de la agrupación, y al amigo José Uriel Rosas Martínez, presidente de la Delegación Veracruz, por festejar y premiar a los periodistas nacionales relevantes. Y sobre todo honrar, a los que ya partieron.
*** Y para las agruras del mole…usted sabrá qué tomar. Hasta la próxima.
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