Todos los trabajos corren determinados riesgos, pero en Veracruz, durante «la plenitud del pinche poder» de Fidel Herrera y su remedo del gobierno duartista, el periodismo se vio acorralado y mermado por fuerzas oscuras, muchos periodistas sufrieron en carne propia esa represión, sobre todo los críticos del sistema. Uno de ellos fue la valiente periodista, corresponsal de Proceso y La Jornada en Veracruz, Regina Martínez Pérez. Ella se enfrentó contra la censura política por sus reportajes y particularmente por sus trabajos sobre violaciones de derechos humanos, corrupción gubernamental, abuso de autoridad y por su profunda cobertura sobre las organizaciones de tráfico de droga en Veracruz.
Hoy que es el día de la libertad de expresión, y a cinco años de su muerte, los periodistas veracruzanos siguen arriesgando su vida denunciado los atropello e injusticias desde la cúpula del poder. Los organismos coadyuvantes que se han creado para proteger a los periodistas, sólo son agencias de colocaciones y sirven como comparsas de los gobernantes en turno.
Por cierto, después de dar por concluidas las investigaciones de Regina Martínez, varios periodistas y organizaciones relacionadas con el periodismo denunciaron irregularidades en el proceso de investigación y cuestionaron la legitimidad de todo el caso. Señalaron que su colega fue asesinada como parte de una campaña de intimidación contra los periodistas que investigaban las relaciones entre los narcotraficantes y los políticos veracruzanos. Por cierto, dos de ellos plenamente identificados.
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