El único consuelo que nos queda es que Javier Duarte sigue en una cárcel en Guatemala, aunque los veracruzanos quisiéramos verlo ya sentenciado, purgando una condena de muchos años en una cárcel en México. Y no es gratuito nuestro repudio a Javier Duarte.
El daño que causó al estado de Veracruz tardará mucho tiempo en resarcirse. Y no es justo que él vaya a salir libre, mientras millones de veracruzanos sufren las consecuencias de su corrupción. Por eso lo queremos ver en la cárcel, a él y a sus cómplices; a él y a su esposa Karime, la que merece abundancia.