Armando Ortiz / En los años anteriores el Día de la Libertad de Expresión era utilizado por el gobernante en turno para quedar bien con sus “amigos” de la prensa. El gobernador se sentaba ese día con los empresarios de los medios informativos, todos dueños de periódicos, pero también con sus más serviles aduladores y en los mejores tiempos hasta les rifaba un coche y les invitaba unas garnachas. Había regalos y dinero, había comida, fiesta y celebración. Pero los tiempos han cambiado. Si bien no se esperaba que el gobierno de Yunes Linares regalara coches, o que se sentara con sus más serviles aduladores (¿cuáles?), algunos si esperaban un mensaje del mandatario veracruzano, unas palabras de cortesía para la prensa que se ha arrogado el derecho a conmemorar la Libertad de Expresión. Pero no hubo nada. La agenda del gobernador en este 7 de junio fue iniciar trabajos de rehabilitación para una escuela primaria en Soledad de Doblado, anunciar el programa “Escuelas al cien” y un recorrido por la exposición de las fuerzas armadas en Boca del Río. ¿Necesitamos explicar el significado de ese silencio por parte del gobernador ante un día tan significativo, sobre todo para Veracruz? Es desdén, y el desdén pude derivarse del trato que le dio la prensa vendida en tiempos de campaña. Pero habría que recordarle al gobernador que “aunque estamos hechos del mismo barro, no es lo mismo bacín que jarro”.
¿Para qué chingaos quería Peña Nieto una pistola en su entrevista con el presidente de Guatemala?
En su visita a la casa presidencial de Guatemala el presidente de México, Enrique Peña Nieto acudió armado. En un video que ya circula en redes sociales se puede advertir al presidente entregando su arma a uno de sus asistentes. Hay que ver la cara del presidente de Guatemala, el comediante Jimmy Morales, al advertir que su homólogo mexicano llega armado. Ya sin el arma Peña Nieto es invitado a sentarse y le dice Jimmy Morales, quizá por haber visto el arma: «Para una foto amigable».
¿Para qué chingaos querría Peña Nieto una pistola en su entrevista con el presidente de Guatemala? ¿Acaso lo quería amagar con el arma para que a la fuerza dejara libre a su amigo y cómplice Javier Duarte? ¿Será que se estile que un presidente acuda armado a una casa presidencial? ¿Sabrá Peña Nieto manejar un arma? A lo mejor ni arma era y sólo estaba pasando su celular o su billetera. Pero en caso de que fuera un arma, a lo mejor la entregó, porque con lo inteligente que es, en una de esas se le sale un disparo y se hace un hoyo en el píe. Lo que sea, vaya imagen de un presidente cuestionado por las elecciones del domingo, portando un arma, como si se encontrara en peligro, como si sus guardias fueran unos ineptos y no lo pudieran proteger. ¡Vaya con el Peña Nieto Eastwood?
Pues no, Javier Duarte no regresará pronto; su extradición tardará un poco
Con eso de que la Procuraduría General de la República llevó a cabo la solicitud formal de extradición de Javier Duarte, muchos pensamos que su regreso a una cárcel mexicana estaba próximo. Sin embargo, el subprocurador Jurídico y de Asuntos Internacionales de la PGR, Alberto Elías Beltrán, declaró en entrevista radiofónica que el proceso de extradición apenas inicia, y éste podría llevar de seis meses a un año; y si sus abogados se ponen listos, la extradición del exgobernador veracruzano se podría llevar más tiempo. El único consuelo que nos queda es que Javier Duarte sigue en una cárcel en Guatemala, aunque los veracruzanos quisiéramos verlo ya sentenciado, purgando una condena de muchos años en una cárcel en México. El daño que causó al estado de Veracruz tardará mucho tiempo en resarcirse. Y no es justo que él vaya a salir libre, mientras millones de veracruzanos sufran las consecuencias de su corrupción. Por eso lo queremos ver en la cárcel, a él y a sus cómplices; a él y a su esposa Karime, la que merece abundancia.
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