Mussio Cárdenas Arellano /
* Pierde el Estado de México * El Peje se resiste * Sólo 17 alcaldías en Veracruz * Xalapa, Coatza y Poza Rica, su bálsamo * Cae a tercera fuerza * Pulverizado en el sur * PAN-PRD: 109 alcaldías * Mina: la victoria de Nico Ruiz * Y los votos inflados de la madrugada * Las Choapas: regresa el tronquismo * El suegro del alcalde y la mota
Victorias pírricas, las de Morena. Deja al ejército en el campo de batalla, maltrechos sus generales y a medio morir la tropa, regateando el gobierno del Estado de México y acusando que hay un “compló” contra Delfina Gómez, su candidata, y cayendo a tercera fuerza política en Veracruz.
Irredento, su líder, Andrés Manuel López Obrador, que sabe que perder en Edomex es cancelar su sueño presidencial, ya soltó la primera. Dice que el conteo rápido fue un descontón de la mafia en el poder —y de la mafia en el OPLE, y en el INE, y en la Fepade— para no reconocer que Delfina es la gobernadora electa.
Augura el Dios Peje, para no perder la costumbre, que irá voto por voto, casilla por casilla, a defender la victoria de la candidata del Movimiento de Regeneración Nacional en suelo mexiquense.
Nada que no estuviera en el script. AMLO anticipó fraude, elección de Estado, órganos electorales cómplices, fiscalía electoral cómplice, INE cómplice. Tildó a los partidos satélites —PT, Movimiento Ciudadano— y al PRD de ser paleros del PRI y con un desparpajo de risa los invitaba a declinar y sumarse a Delfina Gómez, so pena de que de no hacerlo no les daría cabida en la alianza con la que piensa competir por la presidencia de México en 2018.
Del otro lado, los mafiosos en el poder, el PRI esta vez sin Acción Nacional y sin el PRD, festinan el triunfo robado de Alfredo del Mazo, el candidato que ni siquiera en Atlacomulco, su bastión y cuna política, pudo ganar.
Del Mazo, una barbie sin chiste, se mofó de la proclamada honestidad del Peje y su pupila, de los moches arrebatados a los trabajadores cuando Delfina Gómez era alcaldesa de Texcoco. Y con un derroche descomunal y la operación encabezada por el gobierno de Enrique Peña Nieto, su primo, arrebataría el gobierno del Estado de México.
Según el conteo rápido —el que ya AMLO, para no variar, condenó— se tomó una muestra de mil 818 casillas de más de 18 mil 600 instaladas. El priista Del Mazo habría obtenido entre el 32.75 y 33.59 por ciento de los votos, mientras que su principal oponente, la candidata de Morena, Delfina Gómez sumaría entre 30.75 y 31.53 por ciento.
Al perredista Juan Zepeda le da del 17.6 al 18.28% y a la panista Josefina Vázquez Mota, quien quedaría en cuarto sitio, entre 10.99 y 11.57 por ciento de la votación.
En cambio, el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) señalaba que, con dos mil 447 actas de las 18 mil 606 Delfina Gómez tiene ventaja con el 32.5 por ciento contra el 30.9 que suma Del Mazo.
Hacia las 00:30 horas de este lunes 5, por primera vez Del Mazo rebasó a Delfina Gómez, con un registro de 31.96 por ciento de los votos contra 31.93 por ciento de la candidata morenista. Hacia las 2:30 de la madrugada, la ventaja se amplió: Del Mazo, 32.98 por ciento; Delfina, 31.24. Y a las 3:30 ya se perfilaba la derrota de Morena: Del Mazo 33.31 por ciento contra 31.02 de Delfina.
Pero al Peje lo irrita el resultado del conteo rápido. Y advierte que habrá batalla poselectoral.
Veracruz es un escenario peor. Gana Morena en tres municipios de alto nivel —Xalapa, Coatzacoalcos y Poza Rica— pero pierde el resto de Veracruz. Y cae en la preferencia electoral. Y se muestra la realidad de Morena sin su impulsor, Javier Duarte. Y sólo gobernará 17 municipios, si bien le va. Y quedó pulverizado en el sur.
Difícil y complicada, la jornada electoral deja datos que revelan la realidad de Morena, su potencial menguado, su imán con un sector de la sociedad y la repulsa que le provoca a otro público electoral.
Jornada para olvidar la del domingo 4. Sienten los morenistas que el efecto Eva Cadena pegó y dañó la intención de voto, que el electorado se alejó por el escándalo de los videos, los fajos de billetes, el linchamiento de Morena a la diputada por el distrito Coatzacoalcos Rural, el revire de la legisladora evidenciando desvío de recursos públicos en el grupo parlamentario para sufragar las giras de López Obrador en Veracruz.
Jornada para olvidar cuando la expectativa es de mínimo 100 alcaldías y se conquistan sólo 17, tres de primera línea y el resto para llorar.
A eso de la 1:00 AM, este lunes 5, las cifras del PREP son contundentes: con el 85 por ciento de las actas de escrutinio capturadas, la alianza PAN-PRD acumulaba ya 880 mil 2 votos; PRI-Verde, 494 mil 238 sufragios, y Morena, 466 mil 804 votos.
En porcentaje, la lectura es así: PAN-PRD, 32.02 por ciento de la votación total; PRI-Verde17.98 por ciento, y Morena, 16.99 por ciento.
PRI y Verde postularon candidatos sin ser alianza. Al PRI, le generó otros 61 mil 960 votos y al PVEM, 54 mil 508 sufragios.
En suma, PAN-PRD se consolidó como primera fuerza política en Veracruz; PRI-Verde segunda y Morena tercera.
O sea, el partido del tormentoso Yunes Linares, el gober azul, duplicando en votos lo que trae Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador.
Hay algo peor para el pejepartido. En cuanto al número de municipios a gobernar, cae al cuarto sitio. PAN-PRD lo hará en 109; PRI-Verde, con alianza y sumando las alcaldías donde PRI y Verde postularon solos, en 47; Nueva Alianza en 18, y Morena en 17.
Algo alivia la debacle de Morena: sus triunfos en Xalapa, la capital del estado, Coatzacoalcos y Poza Rica, tres de los municipios con mayor presupuesto de Veracruz.
Eso era a la 1:00 AM.
Avanzan los minutos y el escenario se torna peor. Decía en campaña su representante ante el Órgano Público Local Electoral (OPLE), Rafael Carvajal Rosado, que Morena iba por 100 municipios y los principales de Veracruz.
Lo secundaban dirigentes y analistas políticos, la clientela en los medios de comunicación, al unísono refrendando que Morena sería a partir del 4 de junio la primera fuerza electoral de Veracruz.
Nada tan fuera de la realidad. Morena ha vuelto a su nivel. Lo hizo crecer Javier Duarte, en 2016, cuando requería una fuerza política emergente que rebasara al PAN de Miguel Ángel Yunes Linares y al propio PRI en la carrera por la gubernatura. Lo infló pero no le dio para ganar.
Hoy Morena está en su nivel: 494 mil votos.
Hoy le da su voto el 17 por ciento del electorado.
Hoy vuelve a su realidad política: sólo gobernará 17 municipios.
Hoy ha sido rebasado por Nueva Alianza en cuanto a municipios que tendrá bajo su control.
Hoy es tercera fuerza política, superado nuevamente por el PRI, que pudo neutralizar el efecto Duarte.
Lo diezmó el efecto Eva Cadena; la imposición de candidatos que provocó caos y crisis en Morena, tomando oficinas los morenistas, pillando a su líder estatal, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, en pleno baño y de ahí el mote de “El Tigre de Santa Julia”; las maniobras para desoír a su militancia; los alardes y los aires de diva de Rocío Nahle, la coordinadora de Morena en el Congreso federal, acusada de ser mentirosa y calumniadora por Ana María Winckler, hermana del fiscal de Veracruz, a quien le imputó ser quien entregaba el dinero a Eva Cadena, sin probarlo, sin rectificar, enfilada ya hacia su desafuero por lengua floja y soez.
Lo diezmó también el desgaste al que lo sometió el gober Yunes. No hubo visita a Veracruz en que el Dios Peje fuera vituperado, cuestionado. Yunes y la “monarquía de la moronga azul”, le imputaba AMLO. “Yunes corrupto”, acusaba siempre y en todo lugar. Y Yunes le decía desequilibrado mental que ni es veracruzano, ni es paisano, ni le iba a permitir que insultara al Ejército y la Naval, ni dejaría que viniera a mentir.
Sus pejezombies contaban que López Obrador ganaba todas. Y el Peje se la creía. “Mi plumaje, como decía el poeta Díaz Mirón, es de esos, de los que cruzan el pantano y no se mancha”, repetía en sus videos crónicos. Pues no se mancha pero se quedó sin plumas en la elección del domingo 4.
Victoria pírrica la de Morena en Coatzacoalcos, Xalapa y Poza Rica, dejando en el campo de batalla a sus generales y a lo mejor de su ejército, diezmado en el sur, su bastión, donde pierde Minatitlán, Las Choapas, Cosoleacaque, Acayucan, Nanchital, Ixhuatlán del Sureste.
Morena pierde toda la sierra de Soteapan, los seis municipios que la conforman, incluido Tatahuicapan donde están sus fans, los que servían para triangular los 2.5 millones de pesos al mes que recibía el pejepartido del ex gobernador Javier Duarte.
Solo Jáltipan, Moloacán, Agua Dulce y Coatzacoalcos alivian su debacle electoral.
Unos cuantos triunfos con sabor a derrota.
Archivo muerto
Triunfo titánico, peleado palmo a palmo, desafiando la vileza de Chumel Wade, el terrible Saúl ahora metido a youtuber de quinta. Y por la madrugada los votos inflados para Morena. Triunfo sufrido, confirmado de viva voz por Nicolás Ruiz Roset, en Minatitlán, donde el candidato de la alianza PAN-PRD enfrentó la compra de votos, la presión de Mando Único Naval, el acarreo de petroleros traídos desde Nanchital y Salina Cruz, el uso de programas sociales federales, como Prospera, y hasta el cambio de ubicación de casillas con un OPLE deplorable, plagado de sinvergüenzas que mostraron su impudicia para operar a favor del PRI, del Verde, de Morena y hasta de Nueva Alianza con tal de restarle votos a la alianza PAN-PRD. Desgastante jornada electoral en Minatitlán, donde la mano sucia de Saúl Wade, l’enfant terrible, el chico malo del clan petrolero, ligado a las huestes de Isabel Morales Aguirre, La Potra, y su hija Damara, La Potrilla, y si algo faltara a Ciro Félix, el candidato del PRI e hijo de la ex presidenta municipal, Guadalupe Porras David, alias Lu-pilla, hicieron de aquello el caldo de cultivo de un fraude electoral descomunal. Nicolás Ruiz ganó y ahora viene los votos de más para Nueva Alianza y Morena. Pese a las tretas que inmiscuyeron a la Marina en una persecución e intento de allanamiento al búnker del candidato panista-perredista, con el cuento de que tenían reporte de que en un vehículo de los operadores de Nicolás Ruiz llevaban un “levantado”, la derrota del Clan Wade y de Morena, el partido al que los priistas le sumaron cuantos votos pudieron, no se pudo evitar. Con las urnas de la zona rural, que estuvieron a un paso de ser interceptadas por los mapaches del PRI, la coalición PAN-PRD hizo efectiva la predicción de que Minatitlán sería suya. Pero por la madrugada de este lunes 5, las argucias y el fraude. Y por la cantidad de votos nulos, superior a la diferencia entre PAN-PRD y Morena, tendrá que aplicarse el voto por voto, casilla por casilla. Saúl sabía lo que iba a desatar: la furia de Yunes azul. Si Chumel Wade sabe contar, que cuente los días que faltan para que vaya a prisión… Han de venir días de violencia y muerte, de atropello y transgresión a la ley, de abuso y saqueo de los recursos públicos. Y es que vuelve el tronquismo a Las Choapas. Han de venir las apaleadas al pueblo cuando protesta, el encarcelamiento de los adversarios, el uso de las policías para los eventos sociales del tronquismo. Ha de venir la extorsión a los sindicatos de obreros para que sean los Tronco quienes decidan a quién enviar a los campos de perforación petrolera. Ha de seguir el tráfico de migrantes, el asalto en las carreteras, las ejecuciones y los cuerpos mutilados. Y es que vuelve el tronquismo a Las Choapas. Así ha de ser porque a los choapenses, o a un sector de ellos, así les gusta vivir, siendo carne de cañón, víctimas y rehenes de esta plaga que detenta el poder por las buenas o por las malas, legitimados ahora por el triunfo en las urnas de Miguel Ángel Tronco Gómez, candidato del PT, que no es más que la máscara que siempre ha usado Renato Tronco, el prófugo de la ley… Sin el PRI le habría ido mejor. Pero Carlos Vasconcelos desdeñó ser independiente. Su lastre fue el PRI, su desprestigio y el sello de complicidad al duartismo que hurtó cuanto pudo de Veracruz. Pierde Carlos Vasconcelos con 30 mil votos frente a los 45 mil de Morena, cuyo candidato, Víctor Manuel Carranza Rosaldo, será alcalde de Coatzacoalcos, el del cuñado incómodo —Paco Bastar y sus aventuras en prisión—, el de la humillación el día que el Dios Peje no lo dejó hablar, el que olvida el nombre de su hija Astrid. Pierde Carlos Vasconcelos y lo reconocerá hasta el miércoles 7 cuando se realice el cómputo oficial. Tiempo tendrá de analizar aciertos y errores, la estulticia, la necedad, el desdén a quienes le sugerían conformar una estructura electoral propia. Deja huérfanos entre la prensa, los chicos de la lista negra, que extrañarán sus comilonas y el chayo, el regaño y la bufonada, observarlo y no poder retratar al candidato hablándole a todos como le habla al peón sindical. Sin el PRI, a Vasconcelos le habría ido mejor… Huele a mota —todo él huele a mota— y no hay día que no traiga su Caguama en la mano. Si fuera un tipo cualquiera, ni en cuenta. Pero no lo es. Su yerno —su mina de oro— es un famoso alcalde veracruzano, aquejado por la presión social, el qué dirán, que no duda en aplicar aquella máxima de la familia como el sol: mientras más lejos, mejor. Huele a mota el suegro y también su reducto de trabajo, el restirador y la pluma, donde se evade, se pierde, vive su otra realidad…
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