El endiosamiento y soberbia de muchos funcionarios municipales y también legislativos, de casi todos los partidos políticos, los hizo sentirse poderosos, por encima de la voluntad popular. Hoy el pueblo les dio la espalda a sus partidos y votó por otros; se espera que los que llegan hagan las cosas diferentes de los que se van sin pena ni gloria.
Recuerden que la soberanía descansa sobre el pueblo y éste es el que verdaderamente manda. Ojalá y no lo olviden los nuevos alcaldes, ya que de ellos depende mucho el progreso de todo el estado de Veracruz.
