Realmente da pena la clase de personas en la que se convierten esos AMLOfóbicos, que por supuesto tienen todo el derecho a rechazar el liderazgo de una u otra persona. Háganlo en los términos que quieran, con los argumentos que tengan, pero respeten a los que no piensan como ustedes. Una de esas personas, apóstata de la izquierda, se refiere a los que apoyan al líder y a su partido con términos peyorativos como «los que carecen de todo, los que no tienen para tragar (literalmente) los que han carecido siempre de los servicios básicos, los que nunca han estrenado ni un pinche par de zapatos de 100 pesos».
¿Quién lo dice? ¿Alguien que conoce la diferencia entre comer y tragar? ¿Alguien que alguna vez no tuvo para tragar? ¿Alguien que conoce que se siente calzar «un pinche par de zapatos de 100 pesos»? ¿Y ellos hablan de resentimiento?
Su pobreza argumental sólo se compara con su bajeza humana. Porque quien piense eso de cualquier persona, de aquellos que no han tenido más alternativa que la pobreza, es todavía más pobre en su vileza. ¡Mira abajo, mira, y verás que tus zapatos de más de cien pesos no enriquecen por ello, el lodo que pisas!
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