La evidencia está en la reunión con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Los miembros de la OTAN se reunieron para tomarse la foto y Donald Trump, quien sabe que es el menos estadista de ese grupo, empujó a Dusko Markovic, primer ministro de Montenegro, para pasar por delante él y colocarse al frente.
Y ahí se apostó, sólo como un gorila que ha marcado su territorio y que espera le den una banana. ¿Habrán cometido los mismos pecados que nosotros los norteamericanos, que ellos tienen que aguantar a Trump y nosotros a Peña Nieto?