Algunos psicólogos señalan que a partir del lenguaje oral o escrito se puede advertir la personalidad de una persona. Por ejemplo, el psicólogo James W. Pennebaker advierte que toda expresión humana refleja rasgos del carácter y modos de pensar. En la Biblia hay una expresión que va sobre este tema: «De la abundancia del corazón habla la boca».
Ya Miguel Ángel Yunes Márquez, en su enfrentamiento con Flavino Ríos Alvarado, nos había dado muestra no sólo del carácter sino de lo que guarda su corazón. ¿Por qué lo decimos? Porque la manera como se expresó nos dio una luz de cómo se conduce en la cotidianidad. La última expresión de Yunes Márquez en contra de Andres Manuel revela nuevamente qué trae en la mente el alcalde de Boca del Río: «Hace unos días vino ese viejo guango que le dicen ‘el pejelagarto’ y pudo tener apenas unas 200 personas en la Plaza Lerdo; nadie le hizo caso».
«Viejo guango» le dijo Yunes Márquez a un líder social, si lo quiere reconocer o no, AMLO es eso, un líder social de la tercera edad, pero para él es sólo un «viejo guango». De ese nivel es política del alcalde de Boca del Río. A lo mejor pensó que si el papá le dijo «lagarto», porque él no le iba a soltar también un improperio.
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