Seis meses para una cita con un funcionario del cambio

Vista del Palacio de Gobierno de Veracruz desde la Plaza Lerdo FOTO: ARCHIVO/CUARTOSCURO
- en Opinión

Jorge Flores Martínez / Hace casi dos meses, exactamente el 6 de abril, entregué una solicitud para una cita con el secretario particular del gobernador, el asunto es personal y no se trata de solicitud de trabajo, ni un favor especial o, mucho menos un privilegio de ningún tipo, por el contrario, expongo que requiero una explicación sobre una arbitrariedad que no estoy dispuesto a pasar por alto por ningún motivo.

Unas semanas más tarde, me llamaron para informarme que están en la mejor disposición de atenderme y me preguntaron sobre los pormenores relativos al documento en cuestión. El lunes 5 de mayo decido presentarme en las oficinas de Atención Ciudadana para informarme de los avances, me atiende la señorita que está a cargo y después de presentarme correctamente y recordarle los asuntos que quiero exponerle al secretario particular, ella me contesta que éstos se están canalizando a cada una de las áreas correspondientes, extrañado le dije que en ningún momento solicité se me canalizara con nadie, que lo único que estaba solicitando era una cita con el secretario particular del gobernador. Ella con cara de extrañamiento, me responde que eso no es posible, que en tal caso, una cita con el particular por motivos de agenda se podría programar hasta enero.

¿En enero? ¿Hablar con el secretario particular del gobernador requiere una anticipación de más de seis meses? Creo que mejor lo veo en la próxima administración, total y hasta puede que quede en familia.

Después de salir de la oficina intenté contener mi frustración y dirigirla de una manera constructiva; sé que nada se va a atender por los medios que supuse eran los adecuados. En la Plaza Regina/Lerdo vi a unos manifestantes exigir fueran atendidos y me di cuenta que tampoco por medio de la manifestación encontraría respuesta, pues me parecieron un poco hartos de insistir. Llegué a casa y leí los encabezados de las noticias locales y reiteré que no hay manera de ser escuchado cuando la otra parte tomó unilateralmente la convicción de no ver y no escuchar a nadie o peor aún, ignorarnos con una cortesía insultante.

Pensé en los privilegios que gozan ellos como funcionarios ¿quieren un título profesional de la Universidad Veracruzana?, quince días a lo más y, la misma rectora anuncia que podrían haber sido menos, pero el interesado no exigió que apresuraran tanto el trámite; ¿se requiere la libertad bajo fianza para un ex gobernador en prisión?, unas cuantas horas, no se informa nada a la sociedad hasta semanas después que a un funcionario se le escapa el comentario; ¿qué el cabildo de la ciudad autorice un gasoducto?, diez a quince minutos; ¿una aeronave para ir a hacer proselitismo al norte del estado?, un par de horas de papeleo y después una justificación que nada justifica.

Solo en nuestro bello Veracruz toma menos tiempo realizar todos los trámites para un título profesional, que para una insignificante cita con un funcionario.

Así que tomé la decisión de esperar pacientemente a enero, febrero, marzo o el mes que su saturado calendario lo permita. Ellos son dueños de la agenda, eso es indiscutible, siempre será su decisión a quién atender y a quién no, eso lo han demostrado en infinidad de ocasiones. Por mi parte, yo soy dueño de mi paciencia, que inquieta y algo desesperada no deja de ser mía.

Este tema lo expuse en redes sociales y me sorprendió la respuesta de amigos y contactos; muchos tienen solicitudes de citas desde que inició la administración con los más diversos funcionarios y siguen esperando respuesta, otros se cansaron y mejor desistieron, otros molestos los mandaron al carajo, total, me dicen que solo son dos años y  que bueno que así sea. Les pregunté que tipo de asuntos querían atender y la gran mayoría me respondieron que eran cuestiones de su trabajo, otros solicitudes de apoyo para proyectos diversos y muy pocos querían pedir una oportunidad laboral.

Así que, como una forma constructiva de dirigir mi frustración creo que voy a proponerles a mis amigos y conocidos crear una Asociación Civil de Solicitantes de Citas a Funcionarios del Estado Veracruz y ver si así unidos todos, tenemos la fuerza para ser escuchados por estos funcionarios tan ocupados en atender a los veracruzanos.

Pero después de pensarlo me desanimé totalmente, si a las madres y padres de los desaparecidos tampoco les hacen caso, a asuntos tan banales como los nuestros, menos. Por lo que concluí que el problema no somos nosotros como ciudadanos, está en ellos como funcionarios, que solo hacen que nos escuchan en periodos electorales, después deciden que no tienen tiempo hasta que necesitan de nuevo de nuestro voto.

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