Su política antiinmigración, su pelea con algunos medios informativos, su soberbia, su arrogancia, su relación con Rusia, pero sobre todo, la manera como despidió a James Comey, director del FBI, quien estaba encargado de investigar los vínculos del equipo de Trump con Rusia, son los detalles que tienen a Trump fuera del ánimo de sus gobernados.
Decimos que parece poco probable que el “juicio político” proceda porque se necesitarían dos terceras partes de la Cámara de Representantes, y de momento son los republicanos mayoría en las dos Cámaras. Ni modo, van a tener que aguantarlo más tiempo.