Filiberto Vargas Rodríguez /
Prefacio.
Quienes se tomaron su tiempo para ver por internet el debate organizado por el OPLE entre los diez aspirantes a la alcaldía de Xalapa, el pasado lunes, coinciden en destacar (pues en realidad los sorprendió) las dificultades que mostró la candidata de la alianza PRD-PAN, Ana Míriam Ferráez para expresarse. *** Sorprende porque es una mujer de radio, con toda una vida comunicándose con la gente. Quienes la escucharon (debo admitir que yo no lo hice y, por lo escuchado, no me perdí de gran cosa) mencionan que se mostró torpe al hablar, con tropiezos que generaban desconcierto en el auditorio. *** Los estrategas que la acompañan (algunos con probada capacidad y experiencia) salieron a defenderla y argumentaron que fue su inexperiencia en las lides políticas lo que la complicó, pero que nada de eso habrá de impactar en su ascendente carrera hacia la alcaldía. *** Ana Míriam Ferráez es, sin duda, de las fuertes contendientes y camina bien cobijada por dos partidos con estructura y un equipo de trabajo muy sólido. *** Es de destacar el trabajo de su suplente, la panista Cristina Pérez Silva, una joven con largo trecho recorrido en el ámbito político, y comprometida con este proyecto.
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Decía el político y estadista alemán Konrad Adenauer, Primer Canciller de la República Federal de Alemania: “Cuando los políticos no tienen la capacidad de gobernar, crean las comisiones”.
Un ejemplo de ello es quien hoy gobierna Veracruz.
El 14 de diciembre de 2016, el alcalde de Xalapa, Américo Zúñiga Martínez, rindió su tercer informe de gobierno en el recién estrenado auditorio de la Iniciativa Municipal de Arte y Cultura (IMAC), un espacio que rescató luego de casi 30 años de abandono.
Ahí, flanqueado por el magistrado Eduardo Andrade Sánchez y por la diputada Mariely Manterola, el alcalde escuchó con atención las apreciaciones del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares sobre su gobierno.
Palabras más, palabras menos, rescatadas por la prensa local, el jefe del Ejecutivo estatal calificó a Américo como un “presidente municipal eficiente, honesto y cercano al pueblo” y dijo que la obra emprendida en Xalapa en los últimos tres años era “extraordinaria y destacada a nivel estatal”.
Meses después, el 20 de marzo de 2017, al acompañarlo a inaugurar el Puente Juventud, que Américo Zúñiga construyó para unir la zona universitaria de Lomas del Estadio con la USBI, el mismo gobernador Yunes Linares aseguró: “Esta obra es resultado de un buen gobierno, de un gobierno honorable”.
En ese evento, donde un hijo del panista Agustín Basilio de la Vega (de nombre Librado, como su bien recordado abuelo, el maestro Librado Basilio Juárez) habló para reconocer como “atinada” esta obra, Yunes Linares indicó: “hoy es muy grato venir y ver cómo el Ayuntamiento de Xalapa, con un presidente municipal visionario, vinculado estrechamente a Xalapa, realmente aplica los recursos en beneficio de la comunidad”.
Y fue más allá: “Ese es el nuevo Veracruz, el democrático, el que queríamos, el Veracruz que a partir de la democracia y la libertad, va a resolver sus problemas. Esta obra es resultado de un buen gobierno, de un gobierno honorable. En mi gobierno haremos lo mismo, administrar bien el dinero, aplicarlo donde se debe aplicarlo, aplicarlo en beneficio de la gente y así, podré lograr lo que hoy logra Américo y yo también lo hago: el aplauso de la gente. Muchísimas gracias”, concluyó.
En esa última parte del discurso, si pudiéramos escuchar el audio, nos daríamos cuenta que Yunes Linares trastabilló, porque quizá no quiso decir abiertamente que él también aspiraba al aplauso de la gente. Sin embargo lo dijo, dijo y dio a entender que él, como todo político, aspira al aplauso de la gente.
Si bien es cierto que, como dicen los clásicos, los aplausos siempre son en contra de alguien, ese 20 de marzo, Yunes Linares notó la calidez de los aplausos que recibió Américo y no pudo contenerse al decir que él también aspiraba a recibirlos, porque no los sintió todos suyos.
Más que los aplausos en su contra y el abucheo que recibió de los maestros en el Velódromo, el pasado 15 de mayo, lo que seguramente debió molestarle al mandatario estatal son los resultados de una encuesta que durante el mes de abril levantó la empresa poblana Beap Estadística & Opinión Pública en donde su administración salió mal calificada y en donde, curiosamente, el gobierno de Américo Zúñiga Martínez lo superó en la numeralia y estadísticas.
Sí, así como lo lee. Según los resultados de esa encuesta (que ya otros colegas han comentado) Américo Zúñiga Martínez obtuvo mejor calificación que el presidente Enrique Peña Nieto y que el propio gobernador Miguel Ángel Yunes Linares.
Quizá producto de ese “entripado” haya surgido la instrucción para que su grupo legislativo en el Congreso local cuestionara el manejo financiero de Américo Zúñiga Martínez, y ayer, en el Pleno, el diputado Tito Delfín Cano haya puesto a consideración un punto de acuerdo al respecto.
Los diputados discutieron eso y lo mandaron a la Junta de Coordinación Política. Valdría la pena preguntar: Si los diputados piden cuentas al alcalde de Xalapa Américo Zúñiga Martínez, ¿por qué no lo hacen con los otros 211 munícipes del estado, incluyendo Boca del Río, donde su alcalde Miguel Ángel Yunes Márquez (hijo del gobernador) se acaba de endeudar por 100 millones de pesos?
Américo Zúñiga conduce un gobierno que ha ocupado en dos ocasiones el segundo lugar en transparencia fiscal, evaluado por la consultora A Regional; su gobierno posee buenas calificaciones crediticias y además no ha necesitado endeudarse para resolver los problemas de la ciudad.
Los legisladores tienen que reflexionar bien sobre las instrucciones que reciben y no buscar, con fines electoreros o de manera revanchista, afectar la imagen de un alcalde que en veda electoral no puede defenderse.
Bien dicen que quien mendiga aplausos, recoge desprecios.
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Epílogo.
En ese afán de satanizar a las víctimas de la incontenible violencia que invade Veracruz, sólo falta que nuestras autoridades vinculen a quien fuera director de la Comisión Municipal del Deporte (Comude) en Poza Rica, Erasmo Sosa Garza, con la delincuencia organizada. Erasmo “Mito” Sosa salía de su domicilio, en el fraccionamiento Las Palmas y estaba a punto de abordar su vehículo cuando varios sujetos le dispararon provocándole la muerte. Sosa Garza era trabajador petrolero, de la sección 30 del STPRM. Presidía, además, el Club Petroleros de Poza Rica y apenas el lunes había sido el encargado de dar el mensaje oficial del Ayuntamiento durante el acto cívico. *** “Matar a un periodista, a una mujer, a un defensor de derechos humanos, a un ciudadano cualquiera, se ha vuelto una actividad de muy bajo riesgo porque, según toda evidencia, en las instancias de gobierno estatales y federales la determinación de hacer justicia es meramente declarativa”, escribió el periódico La Jornada tras la muerte de otro de sus corresponsales, Javier Valdez, de Culiacán. Vamos en el quinto mes del año y seis periodistas han sido asesinados en el país sin que haya un solo caso aclarado. Acá, en Veracruz, tenemos nuestra propia lista.
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